EE.UU. no pega una con Venezuela: Mueven a Abrams para Irán y dejan solo a Guaidó, otra vez

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La política exterior de los Estados Unidos (EE.UU.) hacia Venezuela guarda bastante parecido con la conducta de un paciente esquizofrénico. Tras unas semanas de inercia relativa por el fracaso de la operación Gedeón, desde la Casa Blanca se alimentó la especie de que no darían más apoyo a Juan Guaidó. Luego reapareció, Eliott Abrams, con la misión de arreciar las presiones y ratificar el apoyo al supuesto presidente interino. Y ahora mueven a Abrams para Irán y vuelven a dejar solo al diputado de Voluntad Popular.

La semana pasada un Abrams amenazante, reiteraba que, para la administración de Donald Trump, el único interlocutor válido se llamaba, Juan Guaidó. Asimismo, calificaba a las elecciones parlamentarias del 06 de diciembre como una farsa. Y también señalaba que con el presidente constitucional, Nicolás Maduro, el único tema discusión posible eran los términos de su salida de Miraflores.

Instrucción acatada

Las declaraciones de Abrams fueron acatadas a pie juntillas por el sector más radical de la fracción   opositora. Estas 27 organizaciones políticas agrupadas en el Comando Unificado de la Oposición (C.U.L.O.), anunciaron finalmente que seguirán la senda abstencionista. Y también se han referido al proceso comicial como una farsa.

Pero, inclusive, el propio Abrams había ido más allá al declarar públicamente que preparaba una campaña mediática internacional de descrédito contra el país. Igualmente, señalaba que venía una fase de presiones a lo interno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), para ver a quién podían captar los altos jerarcas estadounidenses, para sus planes conspirativos.

Pues bien, ahora todas esas estrategias quedan acéfalas momentáneamente, una vez más. Puesto que Abrams sorpresivamente fue cambiado para ocuparse de los asuntos de Estados Unidos en Irán. Otra nación sancionada e ilegalmente bloqueada por los norteamericanos.

Este cambio tan repentino en la política exterior de los EE.UU. tiene dos posibles lecturas, por un lado representa la confirmación del fracaso en la estrategia de autoproclamar un presidente interino e imaginario en Venezuela. Cosa que reconocen, abiertamente, hasta los propios representantes del senado estadounidense.

“Terrorista fracasado”

Y por el otro, constituye un desatino mayúsculo en unas relaciones ya tensas de EE.UU. con Irán, puesto que Abrams aparece involucrado en el financiamiento y venta ilegal de armas en el sonado caso de los Irán-Contra, durante la década de los años 80.

El ministro del Poder Popular de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, calificó esta decisión como un despropósito. Igualmente, las reacciones de la diplomacia iraní no se han hecho esperar. El embajador de la nación persa en Caracas, Hoyatolá Soltani, se pronunció airadamente.

“El nombramiento de un agente fallido para una misión imposible y la imposición de la máxima presión contra Irán demuestran la desesperación y confusión en cuanto a política exterior del terrorista y fracasado [presidente de EE.UU., Donald] Trump, escribió el representante diplomático persa en su cuenta de Twitter el pasado domingo.

Simpatizantes de la oposición también han interpretado esta movida diplomática como la confesión indirecta de un estruendoso fracaso.

 


 

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