Estados Unidos anunció que el medicamento Remdesivir, utilizado para tratar la covid-19, costará 3 mil dólares por paciente. La más costosa solución para curar el coronavirus.
La decisión generó extensas críticas y fue tildado de «ofensivo» poner un precio tan alto a un medicamento cuando el mundo atraviesa una emergencia global de salud pública.
Los estudios del antiviral fabricado por la empresa farmacéutica estadounidense Gilead, mostraron que el Remdesivir puede reducir el tiempo de recuperación de los pacientes contagiados con el coronavirus.
Diversos cuestionamientos han surgido de parte de médicos, expertos y políticos de varias partes del mundo respecto al precio final de venta del producto.
«En un despliegue ofensivo de soberbia y desconsideración con el público, Gilead ha fijado un precio de varios miles de dólares para un medicamento que debería ser de dominio público», indicó en un comunicado Peter Maybarduk, presidente del programa de Acceso a medicinas del grupo de derechos del consumidor Public Citizen, basado en Washington.
Mientras, un análisis del Instituto de Revisión Clínica y Económica (ICER), una organización sin fines de lucro que evalúa los ensayos y tratamientos médicos en Estados Unidos, calcula que el costo de manufactura del fármaco es de unos 10 dólares por un tratamiento de 10 días por paciente.
La prioridad del capitalismo en pandemia
La empresa Gilead afirmó mediante un comunicado que las aseguradoras en EE.UU. deberán pagar 3.120 dólares por un tratamiento de 5 días por paciente, mientras que en los países «desarrollados» deberán pagar 2.340 dólares por tratamiento.
Igualmente manifestó que la empresa está entablando negociaciones con fabricantes de fármacos genéricos para que estas naciones puedan tener acceso al medicamento «a un costo sustancialmente reducido», aunque no se ha especificado la cifra.
«Estamos conscientes de la significativa responsabilidad que acompaña a fijar un precio para Remdesivir», dijo Daniel O’Day, presidente ejecutivo de Gilead.
Ventajismo ante medicamento engavetado
El Remdesivir, no es un fármaco nuevo creado para tratar la covid-19. Fue desarrollado inicialmente para la hepatitis C, pero no resultó efectivo contra la enfermedad.
Posteriormente fue investigado como tratamiento para el virus de Ébola, pero tampoco sirvió para la cura, por lo que el medicamento fue engavetado por la empresa.
A principios de este año, con el brote del SARS-Cov-2, cuando Gilead decidió volver a probar el fármaco e investigar su potencial contra el coronavirus.
El negocio redondo de la farmacéutica
La empresa se beneficia en momentos de una emergencia global de salud pública.Una estimación del Royal Bank of Canada muestra que Remdesivir podría generarle a la empresa ingresos de 2.300 millones de dólares en 2020.
Reporta una jugosa ganancia y más aun cuando los nuevos ensayos clínicos fueron financiados por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, y otros organismos internacionales, es decir, fueron pagados con el dinero de los contribuyentes.
En conclusión, un medicamento con muy reducida accesibilidad ante la población y bajo la lógica capitalista, sin posibilidades de que sea ofrecido al público a costo de producción.
«No estoy en contra de obtener ganancias en sí mismas, pero encuentro que el precio (de Remdesivir) es escandalosamente costoso», le dice a BBC Mundo el profesor Grahan Dutfield, experto en propiedad intelectual y regulaciones de salud de la Universidad de Leeds, Inglaterra.
La realidad es que en Estados Unidos la industria farmacéutica no está sujeta a ningún tipo de control de precio. Las farmacéuticas pueden fjiar sus propios precios.
Hoy, la administración de Donald Trump no hace nada para detener la tragedia sanitaria a causa del coronavirus en su país. No solo se opone a la ejecución de las medidas de distanciamiento social y cumplimiento de cuarentena en los diversos estados sino que además ignora el escandaloso e inaccesible costo del medicamento en su país.