Prófugo Carlos Ortega busca resucitar sobre cenizas políticas de Ramos Allup

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Carlos Ortega, adeco y prófugo de la justicia venezolana, apareció de manera extraña el pasado 25 de junio, a través de un contacto en el programa del matacuras Leopoldo Castillo para afirmar que contaba con «información confidencial» acerca de la política venezolana.

En este sentido, según Ortega, sería cuestión de “horas o días” que se concrete una negociación para la salida del presidente Nicolás Maduro.

Asimismo, señala que quienes sustituirán el gobierno son personas “preparadas”, lo cual genera confianza a nivel nacional e internacional.

“Lo que estoy diciendo es totalmente cierto (…) la información que manejamos es que hay conversaciones adelantadas con la gente de la dictadura, en función de que están planteando la renuncia de Nicolás Maduro. Esperamos que se produzcan buenos resultados (…) Si esto se llega a concretar, ya ustedes verán con quién era. Les doy credibilidad, porque las fuentes que tengo merecen absoluta credibilidad”, destacó.

 

Llama la atención esta inoportuna aparición que coincide con el llamado a elecciones en Venezuela y que quizá responda a la intención de posicionarse como candidato, pero también coincide con la derrota de Ramos Allup en el campo político.

Lo cierto es que el personaje en cuestión es un delincuente que ha atentado históricamente contra la vida del pueblo venezolano.

Delincuente de vieja data

Es importante recordar que el personaje mencionado se encargó durante el año 2002 de sembrar terror contra el pueblo venezolano en aquellos “partes de guerra diarios” que daba acerca del golpe petrolero contra Venezuela y la victoria anunciada en cada daño que provocaban contra la industria petrolera y la alimentación y salud del pueblo venezolano.

Fue juzgado por delito de conspiración producto de su participación directa en el golpe de Estado de 2002. En 2003 el gobierno de Costa Rica le otorga asilo y 2 años después es detenido en Caracas por portar documentación falsa.

Ortega fue privado de libertad por los delitos de rebelión civil, traición a la patria, instigación a delinquir, agavillamiento y devastación. Su condena fue de 16 años, sin embargo se escapó en el año 2006 de la cárcel de Ramo Verde y ahora se encuentra en Perú bajo condición de asilado.

 


 

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