Parece una broma pero no lo es. Recientemente el gobierno del presidente de los Estados Unidos (EE.UU.) Donald Trump, realizó una serie de acusaciones infundadas y mentirosas en relación a un supuesto cartel de drogas venezolano llamado «El Cartel de los Soles» y colocando precio a la «Cabeza» del presidente Nicolás Maduro.
En este sentido, Jorge G. Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de México de 2000 a 2003, profesor en la Universidad de Nueva York y colaborador frecuente de The New York Times, escribió un artículo de opinión en el diario norteamericano titulado:
¿La acusación contra Maduro es algo más que una manipulación estadounidense?
En el artículo relata, con su característica tendenciosa y particularmente anti venezolano, la situación del jueves 19 de marzo, cuando «en medio de lo que quizás es la mayor crisis sanitaria y económica del mundo desde la Gran Depresión, el gobierno del presidente Donald Trump acusó a Nicolás Maduro de narcoterrorismo, narcotráfico y lavado de dinero. El Departamento de Estado de Estados Unidos ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por información que conduzca a la detención de Maduro y también acusó a otros altos funcionarios».
A pesar de la jugosa cantidad ofrecida, nadie ha presentado información sobre el paradero del mandatario venezolano, ya que todos los venezolanos saben dónde está: en el Palacio de Miraflores, gobernando y atendiendo a la población en el combate contra el Coronavirus y buscando alternativas para proteger la economía y derrotar las sanciones unilaterales de los EE.UU.
¿Maduro culpable?
Según Castañeda «Hay diferentes maneras de interpretar este giro de acontecimientos. Maduro podría ser culpable, pero también es posible que Donald Trump esté jugando a la política en un año electoral». A pesar de la grave situación de la propagación del Coronavirus en suelo estadounidense, Trump enfila sus armas para ganar su reelección a la presidencia y dicha conquista no la tendrá atendiendo a los pobres que no tienen cómo pagar un seguro médico, sino aumentando la propaganda guerrerista e intervencionista, así se ganan elecciones en ese país.
«La primera pregunta es si estas acciones se mantendrán, lo cual no siempre es el caso cuando Estados Unidos está involucrado. A pesar de las afirmaciones estadounidenses, su supuesto excepcionalísimo con respecto a la democracia y el Estado de derecho siempre está en duda», se pregunta Castañeda.
¿Quienes acusan?
Se conoció en la rueda de prensa que fueron los fiscales federales de Nueva York y Miami quienes presentaron los «cargos» y según el columnista mexicano plantea que «esa acción, en sí misma, no es una razón suficiente para suponer que esos cargos son válidos». Estos equipos acusadores son los encargados del caso de El «Chapo» Guzmán.
«El historial de Washington en ese tipo de medidas no es confiable. Estados Unidos tiene una larga historia de intervención en América Latina», agregó.
¿Diplomacia de guerra?
El inquilino de la Casa Blanca se caracteriza por su extravagancia y falta de tino político, sobre todo en el uso de técnicas diplomáticas amañadas, para salir de alguna crisis o incluso participar en una reunión, pero esto es más complejo; su estrategia diplomática con Venezuela en realidad no existe, debido a que no existen relaciones con el gobierno de Maduro, todo lo contrario, designaron un «presidente encargado» y encabezaron distintos intentos de golpes de Estado.
«La nueva ofensiva del gobierno de Trump contra el mandatario venezolano y sus colaboradores es, en esencia, de índole diplomática y política. El problema no es si los cargos son verdaderos. Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas cordiales con los gobiernos de Afganistán y Honduras que, como ya se sabe, son cómplices del narcotráfico», se puede leer en el artículo.
«Como sea» Trump debe ganar
El ex secretario de Asuntos Exteriores mexicano plantea en su artículo lo siguiente: «es posible que la acusación no sea más que la habitual manipulación y fanfarronería estadounidense, sin ningún cálculo estratégico más allá de la búsqueda de votos para las elecciones presidenciales de noviembre».
El columnista destaca la imperiosa necesidad que tiene Donald Trump de ganarse los votos de los disidentes cubanos y venezolanos residentes en el pantano de la Florida, recordemos que quien gana la Florida gana las elecciones y actualmente, no cuenta con mucho apoyo que digamos.
Historia de acusaciones
Si bien es cierto que la administración Trump, ha intentado de distintas maneras y por cualquier vía disponible, derrocar al chavismo, emprendiendo desde golpes de Estados armados directos, hasta intentos de asesinato contra el presidente y conspiraciones con paramilitares colombianos y venezolanos. Todos estos intentos frustrados.
Sin embargo, la historia norteamericana demuestra su política intervencionista y golpista en la región y en el mundo, como lo plantea Castañeda en su artículo:
- Manuel Noriega era un adulador de Estados Unidos hasta que el gobierno de George H. W. Bush se volvió contra él.
- Sadam Husein soportó la peor parte de dos invasiones estadounidenses antes de su ejecución.
- Los hermanos Castro han sobrevivido a 12 presidentes estadounidenses.
- Hugo Chávez y Nicolás Maduro sobrevivieron a cuatro.
Parece agotarse el tiempo, ya las acciones de Juan Guaidó no tienen incidencia alguna en Venezuela y mucho menos internacionalmente. No es una opción la intervención militar y no están dispuestos a asumir mas inversión monetaria, puesto que los dirigentes opositores se lo roban todo.
Por tanto, ahora queda la acusación de narcotráfico y buscar un periodo más ganando las elecciones para tener más tiempo y pensar en nuevos planes para derrocar a Nicolás Maduro.
Maduro sigue fortalecido a lo interno de Venezuela, con respaldo de todos los poderes públicos, incluyendo la Asamblea Nacional de mayoría opositora, de la Fuerza Armada Nacional y de distintos países del mundo incluyendo China y Rusia, quienes actualmente, son quienes encabezan la lucha contra el Coronavirus. Todo indica que estamos frente a una fanfarronería del poco célebre presidente número 45.
