CITGO: La «cajita feliz» de un fracasado

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La empresa CITGO, saqueada por Juan Guaidó, que reportaba al país millones de dólares mensuales en las ganancias derivadas de la venta de gasolina y cuyos recursos favorecían al pueblo venezolano, traducidos en presupuesto para la educación, salud, alimentos, ciencia y cultura; se ha convertido en la cajita feliz del imperio estadounidense y sus planes conspirativos en Venezuela.

Visto desde la mirada de la gerencia, es estandarte de un rotundo fracaso pues en los últimos tiempos reportó $270 millones de dólares de los más de $600 millones de dólares que entregaba al país cuando estaba bajo la soberanía del Estado venezolano.

Desde la gestión pública, da vergüenza. Mientras anteriormente otorgaba grandes sumas de dinero al país, que eran invertidos en presupuesto social y en proyectos de integración regional, actualmente existe un desconocimiento absoluto de la senda que transitan estos recursos.

Bajo la lupa de la ética, es símbolo de putrefacción. Ha sido objeto de asquerosos hechos de corrupción por parte del cártel de ladrones que, colocándose una falsa banda presidencial junto a un séquito de supuestos embajadores, se han repartido un botín que no les pertenece, alterando los libros contables con un excedente de 70 millones de dólares, tal como informó el ministro Jorge Rodríguez hace unos meses; sin contar la historia del saqueo a la CVG Internacional.

“Pareciera que la persona directamente involucrada en haberse embolsillado esos 70 millones de dólares de excedentes por la alteración de la contabilidad es el señor Carlos Vecchio”, dijo el ministro.

Desde el punto de vista humano, se nubla mucho más el panorama, puesto que antes del bloqueo promovido por Juan Guaido, por Julio Borges y por todos los bandidos que rodean esta banda de criminales. CITGO financiaba permanentemente programas de salud en distintos países del mundo, entre estos Estados Unidos, así como el famoso caso de los niños y niñas de Venezuela que se encontraban en Italia esperando el transplante de médula y que costó varias vidas que habrían sido salvadas, de no existir este bloqueo criminal contra Venezuela.

Es asqueroso entonces, cómo con orgullo, es publicado a través de las redes sociales que CITGO, queriendo reflejar una cara humana (al estilo de Ronald McDonalds y su «cajita feliz» que financia guerras y asesinatos en el planeta), pretende mostrar su buen espíritu a través de la entrega de tablets a niños y niñas de Estados Unidos.


Las sanciones criminales contra Venezuela cobran vidas diariamente, no sólo en el país sino a nivel internacional por la eliminación de la Fundación Simón Bolívar, que era financiada a través de esta filial y que se dedicaba a financiar tratamientos de salud a pacientes con enfermedades graves, en su mayoría niños y niñas.


 

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