El desfile de este domingo en el sambódromo de Río de Janeiro, iniciado con comparsas dedicadas a Xangó, sirvió de escenario para la lucha por la justicia, el cese de la impunidad y la discriminación contra las minorías.
Estos son los primeros carnavales que se celebran en Brasil desde la llegada al poder de Bolsonaro, los brasileños, utilizaron la actividad festiva como un espacio para criticar a los miembros de su gobierno y otros representantes del partido gobernante.
También fueron señalados el senador e hijo del presidente, Flavio Bolsonaro, por estar vinculado en transacciones atípicas junto a su asistente, Fabricio Queiroz, quien está siendo investigado por el Ministerio Público Federal (MPF).
Los asistentes al Belo Horizonte gritaban consignas «Azul o rosa, todo es igual», en referencia a la ministra de Derechos Humanos, de la Familia y de la Mujer, Damares Alves, quien tras asumir el cargo afirmó que durante la nueva era en Brasil, los niños vestirian de azul y las niñas de color rosa. Mientras que en Sao Paulo, la comparsa llevaba el tema «Destruyendo el fascismo» y «Doctor, yo no me equivoco, el Bolsonaro es miliciano»
De acuerdo a una de las participante del desfile, Mónica Machado, se trata de un «acto de resistencia al opresivo nuevo Gobierno». Por su parte, Joao Marcos Marinho, aseguró que el carnaval «es un momento para protestar y expresa tu opinión sin límites«.
La noche de este lunes continúan los desfiles de carnavales en Brasil y serán el miércoles cuando se conozca cuál de las escuelas de Río de Janeiro es la mejor del este año.
RedRadioVe