Venezuela ha sido uno de los últimos países sudamericanos en anunciar casos de Coronavirus (COVID-19) que hasta este domingo sumaban 17 personas contagiadas, en su mayoría provenientes de Europa y EE.UU. Lo que obligó al gobierno nacional a tomar medidas drásticas, para detener el virus en esta etapa inicial.
Y como para la oposición pro Guaidó, cualquier ocasión es buena para tratar de socavar la democracia, no se hicieron esperar los ataques y las profecías desastrosas sobre el accionar del gobierno de Nicolás Maduro, en este escenario de emergencia epidemiológica en medio de un bloqueo y con la prensa amarillista internacional al acecho.
La respuesta vuelve a sorprender a los incautos que esperaban el fin del chavismo en 2019, esta vez el “bruto” de Maduro no solo mostró confianza y control sino un nivel de articulación que supera los estándares organizativos de los Estados, al establecer un cuarteto de órganos cívico-militares para atender la contingencia:
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Cuadrantes de Paz, con todos los organismos de Seguridad desplegados.
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Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
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Misión Barrio Adentro.
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Poder Popular organizado.
Igualmente ha realizado distintas convocatorias a la oposición pro Guaidó, a dejar de lado las diferencias y trabajar en conjunto para la búsqueda de una solución, llamado que el autoproclamado ha ignorado y a los que respondió con la conformación de una «comisión de especialistas», evidenciando su afinidad con el diseño y ejecución de políticas para la gente, donde la gente no participa ¿Se imaginan si de verdad fuese presidente?
La cuestión es que nuevamente los hechos concretos le dan la razón al chavismo, Maduro lo volvió a hacer:
- Confinó nuevamente a Guaidó y sus 100 diputados al twitter y develó su actitud arrogante.
- Los llevó al desespero de tener que amenazar a la población diciendo cosas como que: «el coronavirus no tendrá cura en Venezuela hasta que caiga Maduro», el mismo discurso que usaron en 2016 cuando decían que a “Venezuela no llegará la comida hasta que caiga Maduro».
Maduro ha demostrado capacidad de maniobra, poder de decisiones y direccionalidad pero sobre todo ha mostrado al mundo y sus organizaciones multilaterales, que se encuentra en el poder no por caprichos ni por la fuerza, sino por la voluntad de un pueblo que hoy le confía su vida misma.
