En la historia contemporánea universal es casi imposible conseguir un ejemplo del más brutal injerencismo que se pueda cometer contra un Estado soberano, libre e independiente, lo cual no resiste una comparación similar sobre los ataques mediáticos, económicos, informáticos y eléctricos, que se han materializado en contra de Venezuela por parte de una prepotente e intolerante extrema derecha internacional, que utilizan a un grupo de gobiernos servirles al imperialismo estadounidense para no reconocer los resultados electorales presidenciales del 28 de julio del 2024.
Es demasiado descarado y abusivo la aplicación de “un golpismo extraterritorial” por parte de países que se consideran como los verdaderos y únicos árbitros electorales de todas las elecciones presidenciales que se han realizado en Venezuela, los cuales consideran no estar de acuerdo con los resultados electorales por la simple razón de ser enemigos políticos del chavismo y de ser muy amigos de la ultraderecha venezolana.
Estas acciones políticas, que el extremismo radical antichavista no las considera como una ilegal intromisión en nuestros asuntos internos, básicamente minimizan el inequívoco injerencismo cuando la llaman como “la presión internacional” en contra de la peor dictadura que hay en el planeta Tierra.
El elemento clave desde el punto de vista político que están utilizando en Estados Unidos y en La Unión Europea es que “quieren las pruebas” de las actas electorales, mesa por mesa, y consideran que hasta ahora el Consejo Nacional Electoral no ha presentado boletines oficiales “creíbles” que demuestren el triunfo electoral del presidente de la República, Nicolás Maduro Moros.
La estrategia política de “la presión internacional” es desconocer los resultados electorales, al decir que en Venezuela se montó “el gran fraude electoral” en contra de la oposición política y están aplicando una serie de ataques tanto informáticos como eléctricos que puedan evitar la transmisión de los datos electorales por parte del CNE para sembrar la duda sobre la transparencia de los resultados electorales.
Por supuesto que nos encontramos en pleno desarrollo de un intento de golpe de Estado “de afuera hacia adentro” cuando piensan autonombrar a un gobierno interino.
OSCAR BRAVO
Politólogo
ÚN.
