Venezuela tiene todo el derecho a celebrar que su referendo por la paz y la convivencia se impuso sobre las amenazas de guerra, y porque la verdad venció a las mentiras que sobre nuestro país divulgaron los medios de comunicación al servicio de la Exxon-Mobil.
La Declaración de Argyle sintetiza la histórica reunión de los presidentes Nicolás Maduro y Irfann Alí, y deja claro que el diálogo directo es la vía correcta para resolver la controversia territorial, su título es la genuina expresión de la diplomacia bolivariana: “Declaración Conjunta de Argyle por el Diálogo y la Paz entre Guyana y Venezuela”.
Las conclusiones esenciales del encuentro fueron:
“Acordaron que Guyana y Venezuela directa o indirectamente no se amenazarán ni utilizarán la fuerza mutuamente en ninguna circunstancia, incluidas las derivadas de cualquier controversia existente entre ambos Estados”.
“Acordaron que cualquier controversia se resolverá de conformidad con el derecho internacional, incluido el Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966”.
El documento también señala que se tomó nota que Guyana “está comprometida con el proceso y los procedimientos de la Corte Internacional de Justicia…”; así como también, que se tomó nota de la posición de Venezuela de no reconocer la jurisdicción de la Corte en la controversia fronteriza.
El catorce de diciembre San Vicente y las Granadinas se convirtió en el centro de la atención mundial, y cabe destacar que la reunión de los Jefes de Estado de Venezuela y Guyana contó con el respaldo de la CELAC, del Caricom y de Brasil, y ratificó que América Latina y el Caribe es una zona de paz.
En tres meses se reunirá una comisión conjunta para continuar el diálogo, se crearon los mecanismos de contacto para atender las emergencias, y entre tanto, nosotros, en la Patria de Bolívar y Chávez podemos decir con orgullo: ¡Celebremos la paz!
ROY DAZA
PSUV.
