Ser Chavista | Por: Jorge Arreaza Monserrat

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  1. Ser CHAVISTA es valorar y actuar siempre desde el AMOR: al prójimo, a la Patria, a quienes sufren, a los Pueblos. Significa saber escuchar a quienes más necesitan ser escuchados y aprender, con ellos, a abordar los problemas sentidos -con sentido común y de lo común-. Ser Chavista es procurar la justicia en toda acción y decisión.
  2. Para el chavismo toda circunstancia y situación están siempre determinadas y transversalizadas por la Lucha de Clases. Entender las relaciones de desigualdad propias del sistema del capital y los intereses de los actores en disputa es la única vía para actuar siempre con coherencia y ética en favor de los pueblos, con el objetivo de crear nuevas condiciones para el cese de la explotación y la construcción de una sociedad armónica y solidaria.
  3. Ser Chavista es actuar bajo los más estrictos parámetros de ética y honestidad. La corrupción y el enriquecimiento ilícito son ajenos a la esencia del chavismo. Los fines NO justifican los medios. Muy por el contrario, los medios construyen y determinan la naturaleza del fin que se procura y sus consecuencias en la sociedad y la naturaleza.
  4. Ser Chavista es defender y priorizar los Derechos Sociales de todas y de todos. El derecho a la vida, a la paz, al desarrollo, a la educación, a la cultura, a la salud, a la alimentación, a la vivienda. Todo derecho que conlleve a felicidad social.
  5. Ser Chavista es abrazar, reconocer y honrar la fuerza de la mujer como protagonista de la vida en todas sus dimensiones. Admirar su fuerza creadora, volcán perpetuo y origen de todo lo sublime y todo lo justo.
  6. Ser Chavista exige una mirada crítica e integral en el análisis de cada problemática humana en todas las dimensiones: social, política, económica, territorial, así como los potenciales impactos que cada propuesta de abordaje y solución puede generar sobre las poblaciones más vulnerables.
  7. Ser Chavista es hacer de la humildad y de la honestidad las más grandes virtudes de la esencia revolucionaria. La acumulación de riquezas, la ostentación, son antivalores. Para los chavistas los únicos valores y privilegios provienen del amor, la conciencia, el reconocimiento al trabajo y las sonrisas del pueblo. Como dijo Ezequiel Zamora: “la propiedad que no es producto del trabajo es un robo”.
  8. Ser Chavista es ser siempre subversivo. Revolucionar los procesos y espacios para hacerlos más dignos, más eficientes y más sensibles. Un chavista no es un mero observador de la realidad. La aborda, la vive, la sufre, la llora, la disfruta, aprende de ella y la transforma para brindar la mayor suma de felicidad posible a quienes la viven.
  9. El Chavista asume los espacios con responsabilidad institucional con la misión de transferir todo el poder al pueblo y convertirlo en Poder Popular. Siendo pueblo, el chavismo debe abrir todos los canales para que todas las voces puedan alzarse y expresarse. Escucharlas, dialogar con ellas y construir decisiones desde el pueblo, es práctica ineludible del chavismo.
  10. El poder real para el chavismo es el Poder Popular; es decir, el poder del pueblo organizado ¡Sólo el Pueblo salva al Pueblo! Toda fuente de poder institucional, económico y político debe tributar en la organización, con conciencia y conocimiento del Poder Popular. Un pueblo organizado, que crea y controla medios de trabajo, producción y distribución, procesos de formación y creación colectiva, se constituye en poderoso cuerpo social en el que se depositan y garantizan la soberanía nacional y la felicidad general.
  11. La planificación es esencial para el chavismo. Siempre deben definirse los objetivos y sus metas, analizar las estrategias y acciones tácticas para lograrlos y determinar, con criterio de eficiencia, austeridad y sensibilidad social, los recursos y el tiempo necesarios para alcanzarlos. No hay manos invisibles, ni recetas impuestas que sustituyan la planificación científica y social.
  12. Ser Chavista es ser republicano, defender la Cosa Pública de las garras del lucro, la ambición, la corrupción, la privatización. Es creer en lo colectivo como la dimensión estratégica y en lo individual como la acción táctica para fortalecer lo común. Es confiar en lo humano, lo simple, lo original.
  13. La solidaridad es valor esencial y práctica inmanente del chavismo. Un verdadero Chavista desarrolla la empatía más profunda hacia los problemas y necesidades de los demás y trata de resolverlos y satisfacerlos como si fueran propios, suyos. Esa es la solidaridad en Chávez.
  14. A partir de su diversidad constitutiva, la tolerancia es para el chavismo premisa y práctica a la vez. De nada sirve un dogma cuando fractura el cuerpo social y lo tensa, alejándolo de los objetivos generales y estratégicos. Las diferencias son siempre bienvenidas y necesarias. Cero tolerancia, eso sí, hacia la violencia injustificada, la corrupción, la explotación, la desigualdad, la traición a la patria, el racismo y el odio.
  15. Sólo a través del amor se puede pensar y actuar con coherencia revolucionaria. Mas no el amor por obligación o mandamiento. Se trata del amor que surge de la esencia más pura de la humanidad y la Pacha Mama, aquella fuerza que nos lleva a luchar, a entre ayudarnos, a transformar, a construir, a comprender. Amamos, luego existimos y amamos más y existimos para siempre.
  16. “Con la VERDAD, ni ofendo, ni temo”. Aunque el Comandante se la adjudicaba a José Gervasio Artigas, la expresión es realidad un parafraseo del líder del Sur. La frase es del propio Hugo Chávez. Es la verdad la que guía y la que consolida cualquier proyecto, idea o acción. Las falsas premisas, las mentiras convierten en castillos de arena cualquier propósito social. La verdad puede doler, pero es necesaria para la rectificación del camino.
  17. La elevación de la conciencia Chavista y Revolucionaria es deber, medio y objetivo a la vez. La conciencia es la expresión permanente que sintetiza los valores y principios de las y los revolucionarios. La conciencia permite entender la historia, el ahora y construir el mañana con las prácticas y herramientas adecuadas. Es luz poderosa que ilumina los pasos y caminos, que nos permite comprender las circunstancias y que mantiene en nuestras luchas la claridad ideológica y la ética necesaria e inalterable.
  18. Para el chavismo Bolívar es origen, rumbo y destino. Simón Rodríguez es inclusión creadora y original; Zamora es rebeldía indispensable para revolucionarlo todo; Chávez es síntesis de todas las luchas y todas las almas subversivas que tributan a la justicia y la igualdad.
  19. Las y los chavistas entendemos las diferentes caras del mercado, la interacción de los actores que lo componen para producir, distribuir y comercializar bienes y servicios que satisfagan las necesidades generales. Sin embargo, advertimos que el mercado sin orientación y sin gobierno social tiende inevitablemente a devorar, concentrar y acumular en pocas manos toda riqueza, generando las más atroces condiciones de desigualdad. La economía debe estar al servicio de la sociedad y no a la inversa.
  20. El Poder Popular debe generar la Economía Social y Comunal, con sus circuitos propios de producción social, distribución justa y comercialización popular. El pueblo organizado debe manejar medios de producción en distintas escalas y generar una nueva economía, productiva, nacional, ecológica y solidaria, que desplace en los territorios la hegemonía del mercado capitalista.
  21. La igualdad establecida y practicada que reclamaba Bolívar es nuestro rumbo y puerto. No podemos limitarnos a establecer leyes justas e igualitarias. Debemos garantizar en la práctica la igualdad de condiciones para cada sector de la sociedad. No existe igualdad de oportunidades sin previa igualdad de condiciones. Desiguales por naturaleza somos, iguales ante la ley escrita, pero, ante todo, hemos de ser iguales en la realidad concreta, en la construcción colectiva de lo nuevo.
  22. El trabajo es la esencia que determina al socialismo. El trabajo creador que permite obrar para satisfacer las necesidades sociales más sentidas debe ser el motor principal de la nueva sociedad. El capitalismo se basa en la acumulación de riquezas en pocas manos a partir de la explotación de la fuerza de trabajo de los más humildes y la destrucción de la Madre Tierra. El Socialismo Bolivariano y Chavista se fundamenta en la educación y la organización para el trabajo productivo con el fin de acumular satisfacción de necesidades y felicidad social.
  23. El dominio del conocimiento, su generación y estudio, es un proceso estratégico fundamental. La independencia integral y definitiva se logrará exclusivamente al dominar las distintas ramas de la ciencia y otras fuentes de sabiduría. La ciencia no es neutra, ni es útil, por sí misma. El destino y uso social y ético del conocimiento es norma y principio para el socialismo. La democratización del conocimiento es ineludible deber social. Al decir de José Martí, “ser cultos para ser libres”.
  24. Para el chavismo la interpelación reflexiva y la crítica permanente son indispensables para la revisión y la rectificación de los caminos y procesos emprendidos. Las vías para el debate, la discusión y la crítica constructiva deben garantizarse y ser atendidas en todas las instancias de organización popular, partidista y de gobierno.
  25. El antimperialismo es inherente al chavismo. Nuestras luchas comienzan con la resistencia de nuestros pueblos originarios y la expulsión del imperio español de Nuestra América de la mano y las espadas de Simón Bolívar y su generación. El chavismo respeta la autodeterminación de los pueblos y se opone a todo tipo de dominación, especialmente aquella que ejercen, o pretenden ejercer en el mundo las élites dominantes de países con gobiernos corporativos sobre pueblos soberanos. El chavismo promueve el equilibrio del universo, el mundo multipolar-pluricéntrico, sin imposiciones ni subordinación.
  26. Para un/a chavista la Voluntad y la Determinación que surgen de la conciencia son los motores fundamentales para avanzar en la construcción del mundo justo, igualitario y solidario que reclaman los pueblos del mundo desde sus luchas, catacumbas y laberintos.
  27. Toda las luchas justas por la liberación son válidas para el chavismo. Cada sector de la sociedad debe luchar sin descanso por sus sueños y derechos. Sin embargo, jamás debemos perder la totalidad de la conciencia de clase. Las luchas sectoriales no deben fragmentarnos, sino, por el contrario, deben alimentar y afianzar nuestra unidad de clase y ratificar nuestros objetivos estratégicos comunes.

 

JORGE ARREAZA MONSERRAT

@jaarreaza

Publicado en jaarreaza.org.ve


 

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