El fracaso del proyecto monumental de la Superliga de fútbol tendría lecturas más complejas que van más allá de la lógica del negocio del deporte.
De acuerdo a Luis Gonzalo Segura, articulista de la web en español de RT, el armado y posterior derrumbe del torneo revela una serie de claves que ponen de relieve el estado de salud del espíritu de unión en Europa.
Para Segura hay mucha geopolítica salpicando la lógica del juego. El desaire de los equipos franceses y alemanas al proyecto sugiere que intervinieron más los hilos invisibles de una aspiración histórica de 2 naciones que se creen predestinadas a liderar a Europa en todos los ámbitos; y que no se anotaron precisamente porque esa idea, al menos desde el fútbol, sugería “la ruptura de una Europa, aunque sea en el plano deportivo, que aspiran a liderar y unificar”.
La misión de liderar Europa
El analista remarca que los beneficios económicos de la Superliga, si bien eran mayores para los equipos involucrados, no persuadieron al fútbol de Francia y Alemania para sumarse a una propuesta que se entiende fue un proyecto madurado en España por el Real Madrid al menos desde 2018.
Otro factor que interviene en la derrota de la tentativa del torneo separatista de los clubes millonarios, es la amenaza concertada de la FIFA y la UEFA de inhabilitar a los equipos que suscribieron la idea de la nueva competencia.
De acuerdo a Segura, la dirigencia europea actuó para cuidar el monopolio de su principal competencia: la Champions, y reveló así de “forma indudable la carencia de sinceros valores democráticos en Europa”.
El espíritu de una isla
Sobre el caso de los 6 equipos ingleses que se apuntaron y luego se salieron de la Superliga, señala que la afición interna y sus políticos se opusieron a la competencia, no por escrúpulos con la Champions, sino para cuidar de cualquier castigo a su torneo doméstico: La Premier League, la cual es un emblema tan inglés como la bandera y la Reina.
Al mismo tiempo, este cambio de opinión de los dueños de equipo con la Superliga revela que sus dirigentes actúan cruzados por ese talante muy inglés de sentirse más una isla que parte de Europa.
La geopolítica en el juego
Sobre el caso de España, el articulista de RT destaca que los medios se apuntaron a la defensa del torneo con la intención no muy disimulada de aspirar a controlar parte del negocio de la competencia.
Después de todo este repaso, Luis Gonzalo Segura concluye que: “Lo acaecido durante el intento de formación de una Superliga europea de fútbol (…) revela el peso de las lógicas nacionales, las herencias históricas y los intereses geopolíticos en un sector tan aparentemente alejado de estas cuestiones como es el fútbol”.
