China ha vuelto a la calma luego que mediáticamente se le señalara a Wuhan, una de las ciudades del gigante asiático como el epicentro del brote del nuevo coronavirus (COVID-19), el Gobierno chino tomó las medidas necesarias para frenar la propagación que se cobró la vida de al menos 3226 personas en ese país.
Sin embargo, pese a las malas noticias de hace apenas unas semanas, China no sólo logró controlar la expansión del COVID-19, sino que, además ha demostrado la disciplina que les caracteriza para cumplir metas planteadas a la brevedad posible, en beneficio de toda la población.
¿El principio del fin?
Parece que China ha visto la luz al final del túnel, pues este jueves, el Ministerio de Salud del país, anunció que en las últimas 24 horas no se han reportado nuevos casos ni en la ciudad de Wuhan, ni en la provincia a la que pertenece, Hubei. Mientras el mundo sufre la hostil catástrofe sanitaria, sobretodo Europa, donde sus gobiernos dieron respuestas tardías para la contención de la enfermedad.
Al mismo tiempo, los resultados durante las últimas 24 horas arrojaron 34 nuevos casos en el resto de China, todos en personas que volvían del extranjero, y 8 nuevas muertes, todos en Wuhan. De los 34 nuevos casos, 21 de ellos se localizan en Beijing, 9 en Guangdong, 2 en Shanghai y uno en Zhejiang y Heilongjing.
¿Cuáles fueron las 5 medidas más resaltantes que tomó el Gobierno chino para contrarrestar la COVID-19?
5. Organizó un equipo de epidemiólogos y orientó el sistema de salud al tratamiento de la pandemia.
Más de 44 mil médicos fueron reubicados a Wuhan, donde se construyó un hospital express de de 366.000 pies cuadrados (34.000 metros cuadrados) en un tiempo récord de 10 días y con capacidad de 1000 a 1500 camas. Además de otros 15 hospitales dispuestos a atender a pacientes contagiados, hasta ahora 14 fueron fueron cerrados por el cese de los casos.
4. Aisló a 4 grupos de personas con el fin de tratar a cada uno de diferentes maneras y los clasificó así:
- Pacientes confirmados.
- Pacientes sospechosos.
- Pacientes con síntomas de fiebre.
- Pacientes que han tenido contacto con pacientes confirmados.
3. Restringió estrictamente la movilidad social.
En China se implementó el trabajo desde casa, cierre de fronteras, aislamiento social, clausura de las escuelas, cancelación de eventos sociales, creando así el distanciamiento social necesario para cortar la cadena de reproducción del virus. Además se decretó el cierre de templos y sitios turísticos, como la icónica Ciudad Prohibida en Beijing o la mismísima Muralla China.
2. Cerró fábricas y reanudó ordenadamente la producción.
El cierre generalizado de las fábricas a nivel también fue una medida de prevención para detener la propagación del virus. Según La Vanguardia de España, tras semanas de batalla, lo cierto es que muchas ciudades del país van retomando poco a poco la normalidad. Los transportes públicos se van llenando, reabren los comercios y algunos colegios de provincias poco afectadas ya reciben a sus estudiantes. Eso sí, nadie baja la guardia, y las mascarillas y controles de temperatura siguen estando presentes todo el tiempo y en todo momento.
1. Implementó tecnologías en el uso de datos para encontrar cada foco de la epidemia.
Con el uso del »Big data», según la agencia estatal de noticias, Xinhua, el gobierno y la Corporación de Tecnología Electrónica de China, respaldados por datos de las autoridades de salud y transporte, se desarrollaron algunas aplicaciones para el control del coronavirus. Una de ellas, por ejemplo, permite rastrear a las personas y alertar sobre si han tenido un “contacto cercano con alguien infectado” o si han visitado alguna zona de riesgo, con escanear un código QR en las populares plataformas chinas WeChat o Alipay.