Era la mañana del 4 de octubre de 1982, el día de la masacre que dio muerte a 23 jóvenes venezolanos del Frente Guerrillero Américo Silva, cuyas edades oscilaban entre 16 y 30 años. En la población Cantaura (estado Anzoátegui), unos 1.500 efectivos del Ejército, Aviación y la antigua Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), torturaron y asesinaron a los jóvenes revolucionarios.
“¡Nos están atacando coño!”, expresó “El Camarita” después de percatarse de las primeras bombas que “cayeron justo donde se hacían las arepas y se colaba el cafecito” de los militantes que integraban el Frente Guerrillero Américo Silva.
De modo que este 4 de octubre de 2020 se cumplen 38 años de la Masacre de Cantaura, claro ejemplo de las políticas represivas y de exterminio del puntofijismo, contra quienes pensaban y actuaban distinto. Fue la época de mayor violación de derechos humanos, por razones políticas.
Gobierno asesino
Transcurría uno de los gobiernos de la IV República, el del copeyano Luis Herrera Campins, quien fue presidente de Venezuela en el período 1979-1984. Bajo su mandato 1.500 efectivos de “seguridad”, cercaron la zona con orden de aniquilar a los miembros del Frente Américo Silva. Igualmente, fueron lanzadas al campamento de los jóvenes luchadores 17 bombas de 250 libras.
La verdad oculta
Lo sucedido en Cantaura siempre estuvo oculto. En efecto, el gobierno de Campins calificó la masacre como un “encuentro armado”. Sin embargo, las exhumaciones de los cadáveres demostraron todo lo contrario; la mayoría de las víctimas ajusticiadas mostraban en sus cuerpos signos de tortura y tiros de gracia en el cráneo.
No fue sino durante la presidencia del Comandante Hugo Chávez Frías que el Ministerio Público retomó el caso. 25 años después de la Masacre de Cantaura, entre 2007 y 2008 se lograron las exhumaciones de 18 de los cuerpos de las víctimas encontrados en Caracas, Barcelona, Anaco, Cumaná, La Guaira y Puerto Cabello. A través de este trabajo finalmente su pudo saber lo que sucedió el día de la Masacre de Cantaura.