20 días de una incertidumbre absoluta | Por: Alex Lanz
Luego de ese 8/08 en el que mi padre desapareció han transcurrido días de angustias que ya no son familiares sino colectivas. 20 días de dudas, de rumores, de indignación, de solidaridad pero también de esperanzas.
Mi angustia, nuestra angustia (creo que la de todos) es principalmente por la vida de mi padre, el “coño, ¿estará tomando su medicamento, se lo estarán dando? ¿Lo estarán alimentando?” se pasea por algo que también es importante y es más o menos, la razón de este escrito: ¿Por que?
A modo de actualización voy a reescribir los hechos ya contados en este post anterior (https://www.facebook.com/alexlanz/posts/10157580749636623) ya que hay detalles que han cambiado.
Viernes 7 de agosto
-Una familia en su cotidianidad se dan las buenas noches, mi hermana se va dormir, todo normal dentro de la normalidad de un núcleo familiar.
Sábado 8 de agosto
-A las 8:33am, la esposa de mi padre sale de la casa quedándose dormido mi padre, él así como mi hermana tienen el desayuno listo en la cocina.
-A las 11:30 am aproximadamente mi hermana se levanta, recorre la casa (algo normal) y se percata de que mi padre no está. Aquí hago un parao, mi padre jamás de los jamases haría algo como “coño tengo un antojo, no le voy a parar bolas a la pandemia, voy a salir a comprar chicharrón nojoda” Quienes conocemos a papá sabemos que no haría eso y menos aún a pie, quienes conocemos a papa sabemos que si por casualidad el haría eso simplemente avisa y en este caso menos haría eso teniendo el desayuno ahí. Sigo, mi hermana extrañada (mi otra hermana y yo coincidiríamos en la extrañeza) se pregunta “dónde está el viejo” y posteriormente llama a si madre con el “papá está contigo” teniendo como respuesta “no, está en la casa, yo salí”.
Al ver lo extraño de la situación mi hermana y por otro lado su madre realizan las llamadas típicas ante una situación atípica “epa fulano, papá está con uds?” obteniendo una respuesta negativa.
Ante eso mi hermana revisa la laptop que usa mi papá para escribir aquel cojonal de documentos que como buen terco y necio reparte a todo que el conoce (siempre el de fastidioso me decía “hijo te mande un escrito, lo leíste?” algo más que habitual en él. Al revisar la laptop mi hermana se percata (ella es medio nerd como yo en esas vainas) que en el historial del navegador aparece que a las 9:45 aproximadamente papá se metió en Twitter.
Esto nos da un margen de que la extraña desaparición de mi padre es entre 9:45 am y un poco más de las 11am. Ese es el lapso que nosotros como familia le damos.
Es tan así que los órganos de investigación también coinciden en las horas.
Yo no puedo escuchar un cuatro y no recordar a mi padre. No solo porque su sonido me recuerda tantas veces que cantamos juntos y echamos broma, sino porque Carlos Lanz, mi padre, es tal vez el venezolano más entregado que he conocido. Es que no hay formas que pensemos a Carlos en otro lugar que no sea Venezuela, del mismo modo no hay manera de pensar e imaginar a mi padre que no sea luchando en el terreno que sea, hablando sobre cómo cambiar las cosas, criticando, defendiendo y sobre todo lleno de esperanzas y voluntad, pleno de convicciones y entusiasmo.
Cuantas derrotas recibió Carlos Lanz y el movimiento popular a lo largo de su vida? Muchas. Y él, como muchos otros, pero fundamentalmente él, siguió, obstinadamente siguió. Cárcel, tortura, intimidación, represión, amenazas, violencia, cuantas cosas soportó Carlos Lanz por su lucha por una mejor Venezuela? Por la construcción de una patria para mis hijos, para los tuyos. Es un héroe, MI héroe, no tengo dudas que lo es. No pude tener mejor ejemplo de padre que el que he tenido, su actuación ha sido la de alguien que sabe que cualquier cosa podemos perder menos la dignidad, las convicciones y la ternura, su capacidad de luchar es la misma que la de amar. A sus 76 años Carlos es el más fervoroso joven que ama y lucha, que cree y construye.
Carlos tomó el camino de la lucha y ha sido consistente con eso, desde los años 60 participó en la lucha política y en la lucha armada para derrotar a quienes hoy siguen insistiendo en que Venezuela sea un país de utilería. Mi padre, nuestro padre ha sido un pensador y un sujeto activo de la calle en la construcción de la organización social, política y cultural y como he dicho en anteriores veces, es la razón de tanta solidaridad, cariño y preocupación de un sinfín de organizaciones de base quienes han gritado “A Carlos Lanz lo queremos vivo y sano”. La concepción teórica de la revolución bolivariana se debe entre otros a él, quien junto a mi hermano Rolan Denis y “el negro” Villafaña (a quien he considerado toda la vida como mi otro mentor) y otros pensaron, por allá por los años 90, el Proyecto Nuestra América, que recoge parte importante de las concepciones políticas e ideológicas que dan nacimiento a la Revolución Bolivariana. Pero no solo ha sido un pensador de la revolución, Carlos en la calle y en funciones públicas se comprometió con la construcción concreta del socialismo, de una mejor patria. Lo vi trabajar incansablemente en todos los terrenos donde sea necesario, en la academia, en las fábricas, en la escuela, en el campo, en la ciudad. Si, también en la lucha armada y para mí es un orgullo, porque cuando la valentía no era moneda corriente, Carlos hizo lo que tuvo que hacer y arriesgo su vida por un mejor futuro. Es mi padre, y estoy orgulloso de ese viejo guerrillero, maestro, campesino, profesor universitario, rector, investigador, jodedor, amoroso, cuidadoso y amigo.
En este oscuro momento de nuestras vidas hay quienes elaboran las más perversas hipótesis sobre su desaparición, pretenden manchar no solo la trayectoria de Carlos sino disminuir la importancia de lo que sucede (veo a mi padre como un árbol en un bosque de situaciones que han pasado y con seguridad pasarán, la alerta no es un eufemismo es un llamado vital para todos y todas), vulnerar su dignidad y enturbiar con análisis poco acordes con la realidad para de ahí sacar conclusiones simplistas o alocadas. Nosotros, familiares y amigos, tenemos claras varias cosas, entre ellas, que la desaparición de mi padre es política y es ejecutada por gente desalmada. No le daremos tregua a quienes creen que van a desmoralizar nuestra lucha por su aparición con vida.
Esa misma preocupación ha sido expresada por el alto gobierno (por respeto evitaré nombrar, ya que no es mi estilo) a mi personalmente, esa preocupación tiene (creo yo) una razón y es que al final somos los mismos y venimos de esa misma historia, ellos han reconocido la carga simbólica de un hombre como papá, es como negar el papel de Nuñez Tenorio, Pedro Duno o el viejo Kleber Ramírez en este proceso que si bien es cierto se concreta en 1998 nace de un cúmulo de historias que vivimos desde los sucesos en Mérida o el Caracazo en los 80s.
Las hipótesis que podemos plantear envuelven evidentemente al círculo más cercano a mi padre y de hecho las investigaciones se han centrado en él y claro de ahí se puede extender a quien más investigar. Por razones lógicas hay nombres y apellidos y hay varios “porque razón” que deben ser investigados a profundidad antes de sacar conclusiones sin sustento y sobre todo, sin pie ni cabeza. Si, hemos tenido paciencia y respeto, pero es necesario profundizar en el proceso de búsqueda de mi padre puesto el reloj (es una persona de 76 años, que padece de diabetes tipo 1) es hoy nuestro gran enemigo, esto yo personalmente se lo he comunicado a las personas con quien he hablado.
¿Son los órganos de seguridad los únicos que pueden ayudar en la búsqueda? No, creo que todos y todas estamos en esa senda, colaborar con ellos es la aptitud normal, así como pedir (cuando esos organismos lo deseen) la colaboración de movimientos populares, organizaciones de base quienes están siempre ahí para ayudar.
Hasta hoy que se tiene? Lo que ya ha anunciado el Fiscal Tarek W. Saab, las investigaciones del cual mi familia ha sido testigo, la búsqueda por parte de los organismos de investigación donde han salido pistas y ciertos indicios, pero lamentablemente han sido muy tenues o de (por ahora) poco valor. Nosotros (mi hermana Abyayala sobre todo) hemos colaborado en cuanta duda o alegato presentado por los organismos, por razones evidentes seguiremos colaborando y sobre todo aportando ideas, detalles, lecturas, datos etc.
20 días después decimos “A Carlos Lanz lo queremos vivo”
Ayúdanos a encontrarlo, él no se fue, SE LO LLEVARON.
ALEX LANZ
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