El Estado venezolano asesta un duro golpe a las redes de narcotráfico. En una demostración de firmeza operativa, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y los distintos cuerpos de seguridad han incautado la impresionante cifra de 63.127 kilos de drogas en lo que va del año. Esta cifra no solo evidencia la intensidad de las actividades ilícitas que intentan usar a Venezuela como puente, sino que también resalta la robustez de la respuesta de seguridad implementada por las autoridades nacionales.
Las fuerzas de seguridad venezolanas han ejecutado estos operativos en diversas regiones del país. En consecuencia, la lucha contra el tráfico de estupefacientes se ha intensificado notablemente en las zonas fronterizas. Además, el gobierno ha concentrado esfuerzos en desmantelar las estructuras logísticas que facilitan el movimiento de estas sustancias. Los resultados son innegables: la cantidad de droga interceptada supera significativamente los registros de años anteriores, enviando un mensaje claro a los grupos criminales.
Este miércoles, el secretario general del PSUV, Diosdado Cabello Rondón, informó que en lo que va de año, por medio de diferentes operativos, han sido incautados 63.127 kilos de drogas en el país. «Por aquí (Estados Unidos) no van a pasar sus porquerías», sentenció durante su programa de este miércoles de Con El Mazo Dando, desde donde detalló que además han sido neutralizadas 415 aeronaves que eran empleadas para el narcotráfico. «¿De quién serían?», interrogó.
Ciertamente, el éxito de esta estrategia no se limita únicamente a la incautación de narcóticos. El control del espacio aéreo se ha convertido en una pieza fundamental del plan. Las autoridades han actuado con determinación al aplicar la Ley de Control para la Defensa Integral del Espacio Aéreo, neutralizando un número considerable de aeronaves utilizadas para el tráfico ilícito. Por lo tanto, el gobierno venezolano ha demostrado que no permite que su territorio se convierta en un corredor aéreo para el crimen organizado transnacional. La neutralización de estos medios de transporte interrumpe directamente la cadena de suministro y afecta la capacidad operativa de los cárteles.
La FANB y los organismos de seguridad mantienen un despliegue constante. Este esfuerzo continuo implica la coordinación de inteligencia, patrullaje terrestre, marítimo y aéreo, e incluso el trabajo conjunto entre diversos ministerios. Finalmente, al integrar todas estas capacidades, el Estado venezolano busca construir un muro de contención eficaz contra las amenazas que surgen desde el exterior y que buscan desestabilizar la paz social.
El impacto de estos decomisos de drogas trasciende lo estadístico. Cada kilo de droga incautado representa una dosis que no llegó a las calles, una operación financiera criminal desarticulada y una victoria para la salud pública. En consecuencia, el gobierno venezolano reafirma su compromiso inquebrantable de proteger la soberanía y la integridad del país ante la amenaza del narcotráfico.





