Una vez más la Unión Europea (UE) está detrás de una conspiración contra gobiernos que no siguen sus líneas hegemónicas, la víctima ahora es la Bielorrusia de Lukashenko.
Después de que el presidente Alexander Lukashenko lograra su sexta reelección con el 81% de los votos, inició una escalada violenta para desestabilizar al país.
Bloque europeo conspira
La UE a través de alto representante para la Política Exterior, Josep Borrell, anunció que estudiará la actualidad de Bielorrusia después de los comicios.
“llevará a cabo una revisión en profundidad de sus relaciones con Bielorrusia”, anunció Borrell.
Además el diplomático español cuestionó el proceso diciendo que “no fue ni libre ni justo”, uniéndose a la campaña para desprestigiar el evento democrático.
Protestas violentas
Desde que se anunciaron los resultados de las elecciones que contaron con una altísima participación del 84% de los inscritos, la oposición llamó al desconocimiento.
Liderados por Svetlana Tijanóvskaya, principal rival de Lukashenko, quien sacó apenas 9.9%, cantó fraude e impugnó los resultados.
La política encabezó las protestas y denunció una supuesta persecución por lo que se refugió en Lituania, desde donde llamó a ser “razonables y respetar las leyes“.
Control del orden público
El dignatario, reelecto por 4.6 millones de votos de los 5.8 millones inscritos, ha orientado que imponga el orden público para mantener la estabilidad nacional.
Ha llamado a la paz y ha defendido el proceso democrático que contó con la participación de 6 candidatos y cumplió normas constitucionales.
Amenazas contra
Desde hace varias semanas el jefe de Estado ha denunciado una conspiración entre la oposición de su país y factores externos.
La línea socialista y progresista que en los últimos 26 años ha defendido los intereses soberanos del pueblo, han levantado las ambiciones de sus adversarios.
Golpe mediático
Una de las líneas de ataque más fuertes en las primeras horas de estos hechos han sido los medios de comunicación.
Por redes y en medios convencionales ha iniciado una campaña para tildar de dictador al presidente reelecto en comicios democráticos.
Además han manipulado las imágenes y reportes de las manifestaciones en distintas ciudades, dibujando un país en caos.
Ciertamente hay una tensión por la realidad política y los llamados a protestar, pero el Gobierno ha asegurado tener controlada la situación.