El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó la Knéset (Parlamento) israelí para proclamar un «nuevo comienzo» y celebrar el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás. El mandatario estadounidense dirigió un discurso ante el órgano legislativo, convirtiéndose en el cuarto presidente de su país en hacerlo. Además, la visita de Trump coincidió con el inicio de la liberación de rehenes, un paso crucial en la primera fase de su plan de paz para Gaza.
Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mostraron una unidad rotunda durante el evento. De hecho, al entrar en el libro de visitas de la Knéset, Trump escribió con rotulador negro: “Este es un gran honor para mí. Un día grandioso y hermoso, un nuevo comienzo”, señalando el alto al fuego. Conjuntamente, Netanyahu agradeció efusivamente el «papel importante y decisivo» de Trump en el acuerdo, que aseguró el retorno de los últimos rehenes sobrevivientes del cautiverio en Gaza.
Por otra parte, el primer ministro israelí elogió al presidente estadounidense como “el mejor amigo que Israel ha tenido en la Casa Blanca”, recalcando que Trump ya «ha sido grabado en la historia de la humanidad». Posteriormente, el presidente de la Knéset, Amir Ohana, alabó a Trump como un “coloso que será consagrado en el panteón de la historia”, comparando su acción con la de Ciro el Grande, rey persa que permitió el retorno de los judíos del exilio.
Victoria estratégica que exige el paso a la paz
El discurso de Trump ante los legisladores israelíes reforzó la idea de una victoria estratégica. En este sentido, declaró que Israel, con la ayuda de Estados Unidos, «ha ganado todo lo que se puede lograr por la fuerza de las armas». Sin embargo, instó a los líderes israelíes a capitalizar este triunfo militar para asegurar una paz duradera. “Ahora es el momento de traducir estas victorias contra los terroristas en el campo de batalla en el premio final de la paz y la prosperidad para todo Oriente Medio”, aseveró Trump.
Consecuentemente, la entrada en vigor del acuerdo el 10 de octubre inició un proceso delicado. Hamás recibió un plazo de 72 horas para liberar a los rehenes que quedan con vida y entregar los cuerpos de los fallecidos que logre recuperar. Este 13 de octubre, Hamás cumplió con las liberaciones, entregando un primer grupo de siete personas y un segundo grupo de trece. Además, como parte del pacto, Israel liberará a cerca de 2.000 prisioneros palestinos.
A pesar de todo, la visita de Trump y su discurso no estuvieron exentos de controversia. Un diputado de izquierda interrumpió la intervención del presidente estadounidense, pidiendo el reconocimiento de Palestina, lo cual forzó la intervención de la seguridad parlamentaria. Finalmente, Trump continuó su discurso, insistiendo en que «la guerra ha terminado» e impulsando una «nueva era de armonía para Israel», si bien el futuro de la Franja de Gaza y el desarme total de Hamás aún presentan desafíos significativos al alto el fuego regional.