En América Latina llamamos «Kiko» a aquellos sujetos caprichosos, desde niños acostumbrados a tener todo lo que quieren, en alusión al personaje de la serie «El chavo del ocho».
Parece que este es el mejor calificativo para describir al actual presidente de los Estados Unidos quien, en palabras de su ex asesor, John Bolton, está obsesionado con la reelección presidencial.
Durante el lanzamiento de su nuevo libro, titulado «The Room where it happened: a White House memoir» (La habitación donde sucedió: una memoria de la Casa Blanca), el exfuncionario relata sus vivencias de trabajo junto a Trump.
Para Bolton, Trump está obsesionado con la reelección presidencial, al punto que todas sus decisiones están filtradas por su repercusión sobre las encuestas.
«Es un presidente para el que ser reelegido era lo único que importaba, incluso si esto significaba poner en peligro o debilitar a la nación», afirma Bolton.
El libro, que estará a la venta el próximo 23 de junio, detalla una serie de eventos que el autor califica como caóticos, especialmente los relacionados a su política exterior.
La editorial Simon & Schuster encarda de su publicación, indica en su comunicado a la prensa que el libre «muestra a un presidente adicto al caos, que abrazó a nuestros enemigos y rechazó a nuestros amigos, y que sospechaba profundamente de su Gobierno».
Y mientras tanto, Trump opina…
Al tiempo que Bolton presentaba su nuevo Libro, Donald Trump declaraba a la prensa su opinión con respecto a la técnica de estrangulamiento utilizada por la policía.
A juicio del mandatario, «el concepto suena tan inocente, tan perfecto», señalando que a veces los funcionarios se enfrentan a personas realmente violentas sobre quienes podría estar justificado el uso de la técnica.
Pero, continuando con la alusión a los personajes de Roberto Gómez Bolaños, al estilo de la Chimoltrufia, Trump señaló que «sería muy bueno que en términos generales se eliminara».
Si a las presentes declaraciones se aplica el análisis hecho por Bolton, podemos entender que las mismas están dirigidas a mantener al electorado supremacista, quienes dieron triunfo al mandatario en la última elección.
Para este grupo, las acciones de control y violencia sobre las «minorías raciales» deben mantenerse y extenderse, lo que define la clara línea de ataque de Trump hacia las protestas desatadas por el asesinato de George Floyd.
