“Estamos considerando eso muy seriamente, la ciudadanía por nacimiento, donde cruzas la frontera, tienes un bebé y ¡felicidades, tu bebé es ahora un ciudadano de EE.UU.! esto es francamente ridículo”.
Estas fueron las declaraciones que diera el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump a los medios al salir de la Casa Blanca, cuando dijo este miércoles que su gobierno está considerando seriamente acabar con el derecho a la ciudadanía para los niños nacidos de padres extranjeros y para las personas que emigraron al país de manera irregular.
A pesar de que ya los demócratas y varios expertos aseguran que la idea es inconstitucional, no es la primera vez que Trump hace referencia al tema migratorio con tanta carga de xenofobia y racismo. Su campaña presidencial se basó en la propuesta de la construcción de un muro que dividiera la frontera con México.
La ley
Según las leyes estadounidenses, el derecho a la ciudadanía por nacimiento está recogido en la enmienda 14 de la Constitución, donde se lee que “todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos (…) son ciudadanas” del país. La enmienda fue agregada a la carta magna en 1868 para abolir la esclavitud y dar derechos legales y civiles a los afroamericanos. Desde entonces, ha sido interpretada como la ley que concede ciudadanía a la mayoría de personas que nacen en Estados Unidos, aunque sus padres no sean ciudadanos o vivan ilegalmente en el país.