Desde hace más de dos meses varias ciudades de Estados Unidos han presentado fuertes protestas antirraciales por la muerte de George Floyd, Portland mantiene gran movilización de población indignada.
EL 27 de julio el presidente Donald Trump envió 100 agentes federales para acabar las protestas con represión, pero la ola de movilizaciones se extendió.
Trump ensayó lo mismo en Seattle, ciudad que lleva 65 jornadas de protestas ininterrumpidas y ahora es víctima de una cruenta represión.
Bajo amenaza
Debido a la contundencia de las movilizaciones contra la administración Trump, el magnate alertó que “vamos a desplegar tropas de Guardia Nacional para sofocar protestas”.
Calificó como “colmena de terroristas” las protestas en Portland, donde diariamente decenas de ciudadanos son arrestados y son víctimas de violaciones de derechos humanos.
“Nuestra gente se queda para ver si pueden acabarlo ya, y si no lo hacen, enviaremos a la Guardia Nacional y nos encargaremos de eso“.
Estigmatizando protestas
El presidente tildó a manifestantes de “anarquistas profesionales y personas que odian a Estados Unidos”, despreciando el carácter de las protestas antirraciales en el país.
El alcalde de Portland, Ted Wheeler, ha dicho que se está negociando con el Departamento de Seguridad un cese al fuego.
Mientras estas conversaciones se desarrollan, los agentes federales enviados por Trump siguen reprimiendo con tácticas violatorias de los derechos humanos y aplicando detenciones ilegales.
Legado de Floyd
Después del brutal asesinato de George Floyd en Minneapolis en mayo de 2020, se ha levantado un gran movimiento de protestas en todo el país.
Los manifestantes se han apoderado de las calles de las principales ciudades para exigir cese del modelo racista y opresor que encarna Trump.
El magnate ha recurrido a técnicas de represión con agentes federales para frenar la ola de protestas que pareciera no disiparse pese a las violaciones.