A pesar de los elogios de la ONU por la cooperación que Israel y Palestina están realizando para el control del Covid-19, tropas israelíes continúan causando terror en la ciudad de Cisjordania. El pasado martes, 31 de marzo, irrumpieron en las ciudades de Ramallah, Budrus y Kubar lanzando gases lacrimógenos y granadas deslumbrantes contra grupos de jóvenes y realizando arrestos, en lo que, según narra el medio Palestine Chronicle, “parecía ser una operación de búsqueda y captura”.
De igual manera, el pasado viernes 3 de abril, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) acusó a Israel de socavar «deliberadamente» los esfuerzos palestinos contra el Covid-19, tras la detención del Ministro para Asuntos de Jerusalén, Fadi Hidmi, durante una redada en su vivienda.
«La detención de Hidmi por parte de Israel es un acto indignante de sabotaje voluntario de los esfuerzos concertados del Gobierno palestino para combatir la pandemia de Covid-19 en Palestina«, indicó la integrante del Comité Ejecutivo de la OLP,Hanan Ashraui.
Por su parte, las y los pobladores de la aldea Beit Iksa denunciaron que colonos del asentamiento ilegal de Ramot, donde se han registrado 17 casos positivos para Covid-19, empezaron a escupir los vehículos que entran y salen de la aldea. La población tomó el control y procedieron a desinfectar los carros, informó Hispan TV.
El representante del Ministerio de Interior palestino, QassanNemar, acusó al ejército israelí de querer propagar de manera deliberada el virus Covid-19 en la población palestina y exigió se abran investigaciones penales sobre los soldados que tuvieron esta actitud.
De igual modo, el portal laotraandalucia.org, señala que Euro-Med Monitor, con sede en Ginebra, instó a la “comunidad internacional a proteger a los palestinos y a obligar a las tropas israelíes a detener incursiones en sus ciudades y pueblos”, pues ponen en riesgo las medidas adoptadas por las autoridades para controlar el brote del Covid-19.
