El caso del oro venezolano secuestrado por el Banco de Inglaterra será analizado el 19 y 21 de julio por el Tribunal Supremo de ese país.
La jornada será un nuevo episodio en el que nuestro país defenderá la soberanía y el derecho legítimo que le asiste para disponer de sus reservas depositadas en el extranjero.
El oro retenido en Inglaterra como parte de una conjura de robo a la nación con la complicidad de Guaidó, equivale a 1.600 millones de euros.
Son 31 lingotes que no solo valen su precio, sino que son el símbolo de una lucha que entraña una causa de soberanía para Venezuela y una disyuntiva de prestigio y política exterior para Inglaterra.
Por qué para Inglaterra es un problema de “honor”. Para un experto legal consultado por el medio Sputnik: “El resultado de este caso podría impactar en el atractivo de Londres y del Banco como repositorio seguro de activos soberanos extranjeros”.
Usurpación del oro
Este secuestro del oro venezolano es parte de la trama del “gobierno interino”, plan el que Londres se montó de manera entusiasta y acrítica, creyendo que iba a ser cuestión de días para derrocar al gobierno del presidente Maduro.
Uno de los pasos más importantes para la causa venezolana de su derecho al oro depositado en el Banco de Inglaterra lo resolvió un Tribunal de Apelaciones que decidió invalidar un dictamen del 2 de julio del Tribunal Superior que “otorgaba a la junta ad hoc de Juan Guaidó la autoridad sobre los activos depositados en Inglaterra”.
Este Tribunal habría rechazado que el gobierno del país reconociera a Guaidó como presidente interino; y que al mismo tiempo sostuviera relaciones diplomáticas con el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La revisión del caso por parte del Tribunal Supremo de Inglaterra es una solicitud que hiciera la parte de Guaidó.
La maniobra buscaría impedir que soberanamente Caracas pueda destinar parte de esos activos para la compra de equipamiento contra la pandemia.
