Tiranía en las redes para un pensamiento único

REComendados

Donald Trump es un personaje deleznable de la política norteamericana y mundial. Sus dichos y acciones son, la gran mayoría de las veces, reprobables e inapropiados. Sin embargo, no podemos caer en el error de aplaudir el cierre permanente de su cuentas en las principales redes sociales. Hacerlo sería un acto de miopía. Ya que detrás de una acción tan temeraria, se encubre un modelo tenebroso de tiranía. Como siempre a nombre de las «libertades democráticas».

El pensador franco-español, Ignacio Ramonet, lo ha señalado muchas veces: en esta era de la información, las cuatro empresas más influyentes del mundo ya no están vinculadas a la industria, ni al campo energético. Las 4 grandes son ahora todas hijas de la revolución digital: Facebook, Apple, Google y Amazon. Los dueños de estos noveles emporios son en verdad quienes controlan el poder tras el trono global.

El veto contra Trump, aún presidente en funciones de los Estados Unidos, no deja espacio para las dudas. Estos señores están dispuestos, ahora, a ejercer ese poder de manera abierta, sin cortapisas de ningún tipo. Ya no son solo los mecanismos de recolección de metadata y el uso inescrupuloso de esta información, con fines políticos o publicitarios. Ahora ejercen la censura directamente con un alcance universal.

En Venezuela hemos sido víctimas de esta particular manera de ejercer la libertad de expresión. Desde el primer mandatario, Nicolás Maduro, hasta usuarios desconocidos, han sido bloqueados y vetados sin ninguna explicación. Sin embargo, nunca había sido un silenciamiento definitivo. El veto contra Trump marca un nefasto precedente.

70 ml

Mercenarios de la información

La otra arista de este modelo la configuran los ataques dirigidos, desde la plataforma mediática tradicional. Desde los centros de poder mundial se contratan periodistas, «analistas» y opinadores, para que se comporten cual «francotiradores» contra un gobernante o personalidad marcado como incómodo.

Esta semana se conocieron mayores detalles de un tinglado de mercenarios de la información, financiado por el Reino Unido y organizado desde la embajada británica en Bogotá, para atacar a Venezuela. Desde Londres se ha desembolsado una suma equivalente al millón de dólares, para «estimular» a varios medios e instituciones a que realicen este «trabajo sucio». Figuran en la lista Efecto Cocuyo, Radio Fe y Alegría y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, entre otros.

Según han revelado los periodistas ingleses, Matt Kennard y John McEvoy, todo está organizado por la Fundación Westminster For Democracy (WFD). Este organismo vendría a ser como la versión británica de la tristemente célebre NED norteamericana. También bajo la fachada de defender las libertades democráticas, atacan a gobiernos políticamente incómodos. Así con esta competencia desleal, pretenden acallar cualquier tipo de disidencia y establecer un pensamiento único.

Deuda pendiente

Y mientras estas maquinarias de la información, tanto las convencionales como las digitales, acumulan cada vez más poder y se perfeccionan en las tácticas de persuasión y manipulación, en Venezuela seguimos presentando serias debilidades estructurales en materia comunicacional.

Como dijo el Comandante Eterno, en su célebre discurso Golpe de Timón (20-11-2012), sigue pendiente la tarea de construir un verdadero Sistema Nacional de Medios Públicos. Hace falta una plataforma audaz en el discurso, menos reactiva y también menos anclada a la agenda de los otros.

«No le tengamos miedo a la crítica, ni a la autocrítica. Eso nos alimenta, nos hace falta», expresaba Chávez en esa alocución, que fue prácticamente como su última proclama. Se han hecho esfuerzos importantes en estos 8 años. No obstante, lamentablemente, hay áreas donde no se ha avanzado casi nada. Para poder hacer frente al pensamiento único y a la tiranía de las redes sociales, este reto comunicacional sigue siendo de la mayor importancia.

 

 


 

- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img

Últimos Artículos

¿Y para qué preguntarnos? | Por: Carolys Helena

¿Y para qué preguntarnos? | Por: Carolys Helena En «La Vida del Espíritu», Hannah Arendt, una de las filósofas políticas...
- Publicidad -spot_img

Artículos Relacionados

- Advertisement -spot_img