Si alguna vez, lector, usted se consigue un político de cualquier matiz del espectro ideológico, en cuyo discurso afirme estar de acuerdo con hacer del rentismo (petrolero en nuestro caso) la base de su estrategia económica, le recomiendo que llame a algunos de los integrantes de la comisión
parlamentaria del Congreso estadounidense que anda afanada en la búsqueda de extraterrestres.
Nadie defiende esa opción y menos si le ponen una cámara de televisión al frente. Todos,
absolutamente todos con aspiraciones a captar votantes asumen en sus intervenciones públicas, la
urgente necesidad de diversificar nuestras fuentes de ingreso promoviendo actividades diferentes a la extracción, procesamiento y exportación de hidrocarburos.
Ahora bien, para que este aparente consenso arroje resultados concretos, es imprescindible atender a una propuesta que ha reiterado en Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces) en su 64 aniversario, cumplido el pasado 22 de agosto, en cuanto a la urgente necesidad de crear en el país un Sistema de Educación y Formación Técnica y Profesional (SEFTP) que de respuesta al mundo del trabajo de manera planificada y en consenso con los actores que hacen posible la producción de bienes y servicios: Estado, trabajadores y empresas.
Porque para que cualquier intento de reconstrucción, renacimiento o despegue del sector productivo venezolano, además de las condiciones macroeconómicas y particulares que se creen y apliquen para cada caso específico, es ineludible pensar, diseñar y ejecutar planes de formación para el capital humano que se va a necesitar con urgencia casi que desesperada en algunos sectores industriales en los que la capacidad ociosa asciende a 70 por ciento, según la última encuesta de coyuntura de Conindustria.
El SEFTP conecta el trabajo con la educación en una especie de autopista de doble sentido, pues de esta manera se garantiza la existencia de un espacio para la comunicación y colaboración entre los actores, lo que permite saber de antemano cuales son sus requerimientos en términos de capacitación, habilidades y competencias del personal y de avances y adecuaciones tecnológicas.
La capacitación de los hombres y mujeres de cualquier edad, de aquellos que van por su primer empleo y de otros que, aun con experiencia en el mundo del trabajo deben refrescar conocimientos y adquirir el dominio de las nuevas herramientas y técnicas, para poder tener un mejor desempeño en sus responsabilidades, es garantía de soberanía y independencia frente al bloqueo genocida impuesto por los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea.
ALFREDO CARQUEZ SAAVEDRA
ÚN.