El escenario político nacional presenció una vez más la patética exhibición de la desarticulada y auto-destructiva dirigencia de la derecha, la llamada novela opositora no es más que un espectáculo de pugnas de egos y ambiciones personales, completamente desconectado...
O de madrina. Porque a la reina Victoria del Reino Unido de la Gran Bretaña es que se dirigen aquellos terratenientes aragüeños en 1862, en un documento que nos proporciona Federico Brito Figueroa en su Historia Económica y Social...