Sucre “está más vivo que nunca” en la voz de Rafael Correa

Latinoamérica es tierra fértil… en esta región del mundo la vida se expande en todos los tonos. No faltan los sabores, los colores ni las formas. Los que quisieron destrozarla hace siglos, pensaron haber llegado al paraíso terrenal. Los asesinos de siempre quieren robarla, violentarla y tomar todos los tesoros para alimentar su soberbia. Las espadas resuenan aquí desde hace siglos, porque es tierra libre y así, en ella, nacen hombres y mujeres dispuestos a su defensa, libertadores y libertadoras.

Bolívar, Sucre, San Martín, Manuela, Juana Azurduy, Anastasia y tantos más, cubrieron de gloria y batalla el siglo XIX. Si no se alcanzó la libertad plena, ese hilo de batalla emergió para regresar en el siglo XXI. Hoy es 4 de junio, el día en que hace 190 años, los asesinos de siempre mataron a Sucre, el vencedor de Ayacucho, el que expulsó a los españoles del continente americano en aquella batalla definitiva. “Lo mandaron a matar. ¿Por qué? Porque era el continuador de Bolívar”, dijo Chávez.

Luego de Sucre vinieron otros continuadores, que siguen siendo perseguidos por los asesinos de siempre. Ecuador hoy vive nuevamente una larga noche que había sido expulsada y que en la voz de la traición llegó otra vez a llenar de dolor y muerte la Patria tan amada por él. Rafael Correa, lo recordó en Cumaná “inmenso en la paz como en la guerra”, cuando de manos de Chávez recibió la Orden Gran Mariscal de Ayacucho por el carácter bolivariano de su labor en Ecuador.

“Sucre, está en la Patria (…) Sucre fue asesinado por la contra, por los reaccionarios de Nicaragua. Sucre fue traicionado también por esas élites ecuatorianas, que hablan español pero piensan en inglés, y Sucre fue asesinado por estos 20 años y más de la larga y triste noche neoliberal. Pero vino el pueblo latinoamericano, resurgió América Latina, esta América nuestra, mestiza, india, morena; como el ave fénix, resurgió de sus cenizas; como decía Eloy Alfaro, el más grande ecuatoriano de todos los tiempos: “Mientras más densa y oscura es la noche, más cercano está el amanecer”.

Esta frase resuena en la conciencia del pueblo ecuatoriano que nuevamente se montará en el caballo blanco de Bolívar buscando ese amanecer. “Sucre está más vivo que nunca”.

 


 

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