Soberbia

Soy perfecto, pero lo reconozco. Mi perfección es solo comparable con mi humildad. Dicen las religiones que la soberbia es el peor pecado porque engendra los demás. Quien la padece se cree con derecho a atropellar a quien sea para obtener lo que sea. Richard Wagner decía que «el mundo me debe lo que necesito».
Dije padecer porque debe ser angustioso pensar que todo el mundo está por encima y te desprecia, por lo cual debes tomar medidas para mantenerte en lo más alto.

Siempre hubo personajes altivos, engreídos, hombres en su mayoría, pero también algunas mujeres, Cleopatra, la Reina Victoria, Leonor de Aquitania.

Pero por cada ricahembra hay mil machos, Alejandro, César, Napoleón, Mussolini, Hitler, Franco, Trump, empeñado en hacernos pensar que es el peor porque además es el más patán. Al parecer se despierta cada mañana preguntándose a quién va a buscar camorra, qué ley va a quebrantar, qué principio va a atropellar.

Sus sigüíes merecen más bien caridad porque se trata de gente tan servil que se arrastra ante Trump tal como él exige y mire que es exigente, como buen acomplejado. Si no te le arrastras como él espera ese día, pone todas las opciones sobre la mesa. ¿No ves cómo dice a cada rato “you’re fired!” ‘¡estás despedido!’? Como la Reina de Corazones grita «¡córtenle la cabeza!».

Oí una vez a una monja amiga explicar que no recomienda la autoflagelación porque se termina tratando a la gente con la misma rudeza y dureza. Porque la humildad extrema puede llevar a la soberbia, por aquello de la dialéctica. Lo vemos a diario.

Hay funciones sociales que conducen a la jefatura del Estado. Hay que llamarles excelencia, majestad y alteza real. Hay príncipes tan soberbios que se ponen azules. Es normal porque tienen sangre azul. La aristocracia no llevaba sol por lo que se ponía tan blanca que se le trasparentaban venas azuladas. Y esto explica aquello.

También en las revoluciones hay soberbia, como quienes aplican un revolucionómetro para ver quién está más alto en el escalafón del radicalismo, pues el Che decía que la revolución es el grado más elevado de la escala humana.
La soberbia suele conducir a la guerra y cuando un imperio está en decadencia no solo es peligroso sino patético.
Escritor.

@rhm1947

Victoria Torres: