Simón Rodríguez: o inventamos o erramos

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»A quien conocemos muy poco los latinoamericanos porque desde pequeños nos dijeron que era el maestro de Bolívar y ahí se quedó como estigmatizado por la historia (…) Simón Rodríguez quien inyectó gran parte de las ideas revolucionarias de Simón Bolívar, llamó a los americanos meridionales a hacer dos revoluciones: la política y la revolución económica». Hugo Chávez

 

Este 28 de febrero, se conmemoran 166 años de la siembra del maestro prócer Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez, también conocido como Samuel Robinson, así se llamó cuando llegó a Jamaica tras las persecuciones españolas contra los involucrados en la conspiración debelada de Gual y España de 1797.

Bien lo dijo el Comandante Chávez en aquella alocución, que la etiqueta de »maestro de Bolívar» -aunque esto haya sido imprescindible- le ha restado históricamente importancia a los hechos que lo convirtieron en un prócer, por lo que Simón Rodríguez hizo a favor de la causa independentista desde planear alzamientos hasta educar para el despertar, educar bajo la instrucción social.

En un contexto donde la educación pública era direccionada por la corona española y donde los educadores podían pasar meses y años sin cobrar, Simón Rodríguez deja reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras en Caracas en las que expresa: »los objetivos de la escuela son los más laudables, los más interesantes, y poner el ánimo de los niños para recibir las mejores impresiones y hacerlos capaces para todas las empresas: las ciencias, las artes, el comercio, para todas las ocupaciones de la vida, es indispensable».

Rodríguez propuso allí la creación de nuevas escuelas, reclamó mejores condiciones materiales y salariales y defendió la inclusión de pardos y morenos en las escuelas de primeras letras, pero la real audiencia negó sus propuestas. La educación Popular, un concepto que tomó Simón Rodríguez sobre la afirmación de la igualdad, lo llevó a la práctica y consideró que se debe preparar a todos los hombres por igual, como derecho de todo ciudadano.


El doctor en filosofía, Maximiliano Durán, expone que lo que sucedía en la escuela de Rodríguez era algo novedoso para la época, »la novedad tiene que ver en que por primera vez en América Latina se va a partir de una idea de igualdad no como un objetivo sino como un principio».

»Aquel Simón Rodríguez que llamaba a la construcción de un modelo de economía social y un modelo de economía popular» dijo Chávez


»O inventamos o erramos» fue, quizás, la frase más significativa del legado de Rodríguez, quien proyectó esa economía popular que se trataba del poder de las tierras en mano de los americanos, en la idea de reconocer que América era su pueblo, y entiende que en la educación está la clave.

»Dónde iremos a buscar modelos, la América española es original, originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales los medios de fundar uno y otro: o invenamos o erramos»

La cultura popular, la educación popular, le economía popular, lo resume el precursor de la pedagogía que vincula la educación con el trabajo. Su proyecto, incluía además, que dentro de las escuelas existiesen fábricas con la inclusión de niñas y defendió el respeto a la mujer en todos sus aspectos.

Para Rodríguez era fundamental el cuidado de la letra y la escritura y demostró que no podía haber educación sin esto.

Sus consejos y enseñanzas fortalecieron el pensamiento y accionar libertario del niño Simón, su pluma escribió los planes de libertad, igualdad e integración de la América y encendió una lucha contra la opresión y el sometimiento de los pueblos ante el poder del imperio español.

»Ese viejo loco para los burgueses de la época que andaba recogiendo niños ya anciano y abandonado y que decía: »los niños son las piedras del futuro en el inicio republicano», aquel viejo que ya a modo gratuito se dedicó a construir velas. Cuando alguien le preguntó: ¿qué hace usted construyendo velas, maestro? dijo: »es que no consigo otra forma de darle luces a la América», esa es otra raíz profunda y fundamental de nuestro planteamiento ideológico». Chávez.

 

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