Los asesinatos de líderes sociales en Colombia están aumentando cada vez más, pero la investigación sobre las causas y la justicia a los culpables no avanzan al mismo ritmo. El más reciente hallazgo fue el de Luis Eduardo Caldera, aspirante al concejo de San Jacinto del Cauca (norte).
Según la prensa local, Caldera fue reportado como desaparecido el pasado 15 de agosto y posteriormente, se encontró su cuerpo sin vida flotando y con las manos atadas en la orilla del río Cauca. Caldera sería el segundo candidato al concejo de esa región que es asesinado a pocos meses de las elecciones regionales del 27 de octubre. Hace tres meses la víctima mortal fue Belisario Arciniegas, de 38 años.
Desde que se suscribió en noviembre de 2016 el Acuerdo de Paz entre el Estado y la exguerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), han sido ultimados más de 600 líderes sociales y defensores de Derechos Humanos.
Existen 1.351 líderes sociales amenazados en Colombia, donde se reportan frecuentes asesinatos de personas que defienden los Derechos Humanos, el medio ambiente y la paz.
«No se debe asesinar un líder más. Existe una falta coordinación del Ministerio de Defensa, Interior y las entidades territoriales», subrayó Carlos Negret, defensor del Pueblo colombiano.
Por su parte, el partido Movimiento Alternativo Indígena y Social, afirmó recientemente que «en Colombia hay una masacre sistemática de líderes sociales».
