La historia del conflicto interno de Colombia no solo está manchada de sangre sino también de la extravagancia de sus verdugos. La más reciente de este tipo es la solicitud que hiciera el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso de solicitar a las autoridades de EE.UU. su deportación a Italia.
El líder paramilitar colombiano cumplió el pasado 27 de marzo la pena de prisión que cumplía en ese país desde 2008. Desde entonces su defensa asegura que EE.UU le retiene ilegalmente, demorando la deportación solicitada por Mancuso.
Sobre el pedimento del sangriento jefe paramilitar, esta se afinca en la doble nacionalidad de Mancuso que le viene por el origen napolitano de su padre.
Huir de Colombia
Desde Colombia critican esta maniobra como una forma de esquivar a la justicia de ese así, que solo este año ha solicitado cuatro veces su extradición a los Estados Unidos.
Mancuso estaba preso en Norteamérica por cargos de narcotráfico, pero en Colombia es requerido para que cumpla una lista larga de delitos asociados a su acción criminal durante el conflicto interno como uno de los jefes más sobresalientes de las bandas paramilitares.
Los delitos por los que debe responder Mancuso en Colombia son: homicidio en persona protegida, deportación, expulsión, traslado o desplazamiento forzado de población civil; desaparición forzada, concierto para delinquir, secuestro, acceso carnal en persona protegida, tortura y toma de rehenes.
Teme por su vida
Y adicional a todas estas prendas lamentables en el prestigio de Mancuso; destaca la de haber financiado en 2006 la campaña electoral del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Colombia teme que una vez Mancuso esté libre, quiera esquivar la justicia local, aun cuando sobre el ex caudillo paramilitar pesa una solicitud de interpol que aplica en 194 países.
Mientras tanto, la defensa de Mancuso teme por la vida de su cliente si le extraditan a Colombia; ya que pudiera ser perseguido y torturado, ya que ha hecho declaraciones que comprometen a políticos y gobernantes que ya han sido juzgados.