El embajador ruso Sergey Mélik explicó que Rusia se ha trazado tres objetivos clave para lograr alcanzar la paz en Ucrania, un país con el que comparte profundos lazos históricos, culturales y sociales. En primer lugar, destacó la necesidad de proteger a la población de la región del Donbás, que ha sufrido las consecuencias de políticas neonazis promovidas, según afirmó, por Occidente y la OTAN.
El segundo objetivo clave es la desmilitarización de Ucrania en el Donbás. Mélik subrayó que Rusia no permitirá la presencia de la OTAN, fuerzas extranjeras o mercenarios en la región. “No habrá ahí ni la OTAN, ni las fuerzas extranjeras, ni los mercenarios, ni nadie”, afirmó el diplomático.
El tercer objetivo clave es la eliminación total del neofascismo, también conocido como la des-nazificación. Rusia busca erradicar las ideologías extremistas que, según su perspectiva, han influido en el conflicto y han afectado a la población civil. Este punto forma parte de una estrategia más amplia para garantizar la estabilidad en la región.
Mélik recordó los vínculos históricos entre Rusia y Ucrania, describiendo a este último como un país hermano y vecino. “Es nuestra hermana, es nuestro país vecino, es una nación con la cual los rusos convivían siglos y siglos de su historia”, expresó el embajador. Estas declaraciones reflejan la importancia que Rusia otorga a la relación entre ambas naciones.
El diplomático enfatizó que Rusia logrará estos objetivos por medio del diálogo o, si es necesario, a través del campo de batalla. “Son tres objetivos y los vamos a lograr a través del campo de batalla o a través de la mesa de negociaciones”, afirmó. Esta postura muestra la determinación de Rusia para alcanzar sus metas, aunque no descarta la posibilidad de una solución pacífica.
Las declaraciones de Mélik se enmarcan en un contexto de tensiones internacionales y debates sobre el futuro de Ucrania. Rusia insiste en que sus acciones buscan proteger a la población y garantizar la estabilidad en la región, mientras que la comunidad internacional sigue observando con preocupación el desarrollo del conflicto y sus implicaciones globales.