Estudios internacionales recientes indican que 90% de los habitantes de países pobres pudieran quedarse sin la vacuna contra la covid-19, ya que las naciones ricas la comprarían excesivamente.
En ese sentido, se encienden las alarmas ante el hecho de que sólo 14% de la población mundial, con mayor capacidad económica; acapararían más de la mitad de las dosis producidas por laboratorios como Moderna, Pfizer y BioNtech.
La estimación corresponde a People´s Vaccine Alliance, una asociación de organizaciones no gubernamentales que incluye instituciones como Amnistía Internacional, Oxfam y Global Justice Now.
De hecho, la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón, Suiza, Australia, Hong Kong; Macao, Nueva Zelanda, Israel y Kuwait ya han pagado por el 53 % de las dosis. Esto afectaría el acceso por parte de países económicamente vulnerables en 2021.
Sin embargo, cabe destacar que en el anuncio que recogen las agencias de noticias internacionales, únicamente se refieren a las mencionadas marcas comerciales de 2 laboratorios estadounidenses y uno alemán.
Transnacionales cartelizan las vacunas
En palabras de Mohga Kamal-Yanni, asesora de People’s Vaccine Alliance «no debería desatarse una batalla entre países para obtener suficientes dosis».
Por tal motivo, afirmó la vocera que la vida de la humanidad debería colocarse por delante de las ganancias de las compañías farmacéuticas; en medio de la pandemia.
No obstante, potencias como la República Popular China y la Federación de Rusia han manifestado su apertura para facilitar, mediante diversos mecanismos, el acceso a la vacuna contra la covid-19, en cuya producción tomaron la delantera.
En América Latina, países como Venezuela anuncia el establecimiento de acuerdos para la adquisición de las dosis necesarias con el apoyo de esos países aliados. Además, los avances científicos de la República de Cuba suman otra opción que asegura la inclusión de países suramericanos y caribeños, en la vacunación masiva.
