El gigante de los cosméticos y productos de belleza, Revlon, se ha declarado en bancarrota y ha solicitado la quiebra, por no poder con las deudas; fallas en su red de suministro de insumos y el aumento abismal de los costos, arroparon a esta empresa.
La multinacional de tintes y labiales creada hace 90 años, cae por las deudas que tiene y que no ha podido saldar en los últimos tiempos. La compañía, propiedad del multimillonario Ron Perelman se ha acogido a la legislación concursal (el llamado capítulo 11 en Estados Unidos); la solicitud se presentó en la Corte Federal de Quiebras del Distrito Sur de Nueva York.
Según la prensa local, Revlon cae en bancarrota por no poder hacer frente a sus deudas valoradas en 3.700 millones de dólares. Esta información ha copado el interés de la industria que pondrá sus bardas en remojo para no atravesar este difícil momento que dejará sin empleo a cientos de miles de personas.
Revlon, cuyas marcas desde Almay hasta Elizabeth Arden han sido una presencia constante en las estanterías de las tiendas, ha tenido problemas durante años para responder a los cambios en los criterios de belleza y la competencia creciente. Está respaldada por MacAndrews & Forbes, señala una nota de VOA.
