por: Julio Escalona
Ilich Ramírez Sánchez, venezolano, combatiente internacionalista. En Francia han sido violados todos sus derechos. Ilich no fue detenido. Recuperándose en Sudán de una cirugía, fue sedado, esposado, encapuchado y trasladado a Francia. Eso invalida el procedimiento jurídico y lo tipifica como secuestro. Ha sido torturado, ruleteado por distintas cárceles y negado sistemáticamente su derecho a la defensa. Se cumplieron 25 años de ese secuestro, el 15-08-19.
Como venezolano, tiene derecho a la protección del Estado. Francia viola convenciones como la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo artículo 9 dice: “Nadie podrá ser arbitrariamente detenido.” El art. 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos señala: “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.”
La mediática internacional ha escarnecido a Ilich con la acusación de terrorista, para justificar las atrocidades cometidas contra él. Una constante. Así, Jorge Rodríguez fue asesinado. Hacía luchas pacíficas y legales. Arteras acusaciones se lanzaron contra él. Cuando en Venezuela el puntofijismo fue cerrando las posibilidades para las luchas legales y pacíficas, nos hicimos guerrilleros, no terroristas. De la misma manera el pueblo palestino cuando fue desalojado de sus tierras mediante el terror, recurrió a la violencia e Ilich se hizo guerrillero.
El terrorismo de Estado es una lacra vinculada al capital. Con Vietnam el terror imperial alcanzó niveles que parecían insuperables. La aguda crisis ha planteado al imperio la naturalización del terror, haciéndose incompatible con los derechos humanos, la democracia y la paz, lo que condujo al planeamiento de un golpe de Estado a nivel planetario, combinado con guerra mediática, operaciones de guerra psicológica y la criminalización de los líderes y organizaciones que se le oponen.
Una alianza entre la CIA, los sionistas y los saudíes generó el golpe en Nueva York contra las torres gemelas, el 11-09-2001; la acusación contra Al Kaeda, Bin Laden y la invasión de Afganistán, Irak, Libia, Siria… Una relectura de los derechos humanos, la democracia y la paz en concordancia con los intereses imperiales.
Pasar a la ofensiva con un juicio al terrorismo y sentar en el banquillo a Trump y todos los terroristas del mundo.