Este lunes se dio a conocer la renuncia del asesor político de Juan Guaidó, Juan José Rendón, alias «J.J.», y del diputado opositor Sergio Vergara, ambos miembros de la comitiva de Guaidó que negoció y firmó un contrato con el mercenario estadounidense Jordan Goudreau y su empresa Silvercorp con el propósito de atacar el Ejecutivo venezolano a través de una operación terrorista.
J.J. Rendón, quien se autodenomina «estratega general del comité presidencial para atender la crisis venezolana» y Sergio Verga, supuesto «alto comisionado presidencial de estrategia para la crisis», ambos del gobierno ficticio de Guaidó, presentaron sus cartas de renuncia. Esto ocurre luego de que negaran haber dado «luz verde» a la ejecución de lo establecido en el contrato mercenario con Goudreau, pese a que sus firmas aparecen legibles en el documento ampliamente difundido para el conocimiento de la opinión pública.
Carta de J.J. Rendón
Un «estratega» político que no ocultó su implicación en los planes desestabilizadores contra Venezuela, ahora establece una «jugada clara» con el fin de omitir que Guaidó sabía del contrato criminal que se ejecutaría en la llamada operación Gedeón.
En su carta de renuncia, J.J. tiene unas cuantas incongruencias: en primer lugar expresa que fue «expresamente» mandato de Guaidó «explorar todos los escenarios posibles», y es que, aunque él habló de una «exploración», los hechos demuestran lo contrario y el contrato también, pues el propósito que no era para nada exploratorio estaba claro: captura y asesinato del presidente Nicolás Maduro; de la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez; del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, y otros funcionarios de alto nivel. Una vez concretada la remoción ilegal, según el documento, vendría la instalación de Guaidó como presidente.
«El que nada debe, nada teme», reza el dicho
Si J.J. Rendón ya ha aclarado que el contrato solo tenía fines «exploratorios», ¿por qué renunció? Esta acción forma parte de la misma estrategia para librar a Guaidó de culpas criminales; sin embargo «lo que está a la vista no necesita anteojos» dice otro refrán. Es así como J.J. Rendón plasmó: «renuncio al cargo que he desempeñado desde agosto de 2019 como Estratega General del Comité Presidencial para atender la crisis venezolana» con la excusa de que su permanencia en el cargo «no sea un argumento de quienes anteponen sus intereses por encima de la causa para afectar su labor y desmerecer la lucha de tantos venezolanos dignos y de la suya propia».
J.J. Rendón además expresó «disculpas a los venezolanos que tanto habían reclamado acciones concretas más que un diálogo» por haberles ocultado las conspiraciones que hacían, «las razones son obvias», escribió. En días pasados manifestó que fueron varias las reuniones secretas y conversaciones con Goudreau (quien según Rendón rompió el acuerdo de confidencialidad) y la comisión encargada, desde donde se planificaba la operación golpista que ya no era un simple «estudio exploratorio». De igual manera, el mismo Rendón no descartó la continuidad de planes para atentar contra la institucionalidad venezolana.
«Jamás estuvo en el interés de la comisión ni de ninguno de sus miembros participar en actividades violentas», plasmó el asesor de Guaidó; pero el contrato establece entre otras cosas atentar directamente de manera violenta contra miembros del Ejecutivo, así como de objetivos militares y no militares, «infraestructura y objetivos económicos venezolanos», también líneas de comunicación, e incluso la aplicación del «el uso de la fuerza letal». ¿No son estas, actividades violentas?
En otra parte de la carta, Rendón culpa a aquellos que participaron de las conspiraciones y hayan violado -según él- el acuerdo de confidencialidad, justificando en esa acusación cada uno de los fracasos. En la misma misiva defiende contundentemente a los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, quienes se han convertido en artífices y cómplices de las acciones criminales no solo contra el gobierno de Maduro sino contra todo el pueblo venezolano.
Carta de Sergio Vergara
Sergio Vergara, diputado opositor, otro de los tantos radicados en Miami, expresó en su carta que los «documentos exploratorios han sido utilizados para tratar de establecer vínculos de Gobierno legítimo con la empresa (Silvercorp) que organizó tales eventos», lo que resulta ser paradójico, pues fue el mismo Vergara uno de los testigos y además firmantes del contrato terrorista y es que hasta en su misma misiva lo acepta.
En lo que presenta como su texto, el diputado amparado por Estados Unidos, insistió en resaltar la frase: «todas las opciones están sobre la mesa» y en consecuencia la repetición del guión: «exploración de escenarios».