El ministro de Vivienda de Trinidad y Tobago, Phillip Edward Alexander, ha ofrecido una retractación pública este domingo, buscando mitigar el impacto de sus recientes y controvertidas declaraciones. Anteriormente, Alexander afirmó que la India “atacaría con armas nucleares” a Venezuela, en una supuesta defensa de la isla caribeña, en medio de crecientes tensiones generadas por un despliegue militar estadounidense en la región. Esta declaración encendió la alarma y provocó una contundente respuesta de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez.
Según un informe del periódico Trinidad Express, Alexander intentó justificar sus comentarios al declarar que solo “los ignorantes” interpretaron el término “nuclear” literalmente. Sostuvo que lo había utilizado “en sentido figurado”. Sin embargo, esta explicación no ha logrado calmar las aguas, pues la naturaleza de sus comentarios ya había provocado un incidente diplomático significativo entre las dos naciones.
El funcionario, quien asumió su cargo en mayo de este año y se autodenomina “especialista en comunicación de profesión”, según su perfil en el Parlamento de la República de Trinidad y Tobago, también lanzó un ataque personal contra la vicepresidenta venezolana. “Claramente Delcy Rodríguez no es tan brillante como le damos crédito”, agregó Alexander en su respuesta, caracterizada por un tono marcadamente poco diplomático. Este comentario adicional solo ha servido para exacerbar la situación, en lugar de desescalarla.
La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, respondió de manera tajante a Alexander, dejando clara la postura de su país frente a lo que consideró una provocación. “La única bomba nuclear cayó en el cerebro de este funcionario recién llegado al gobierno”, afirmó Rodríguez.
Esta declaración subraya la seriedad con la que Venezuela ha tomado los comentarios del ministro trinitense, desestimando cualquier intento de Alexander por restarle importancia a sus palabras. La contundencia de la respuesta venezolana refleja el rechazo absoluto a cualquier insinuación de agresión o interferencia en asuntos soberanos.
Las declaraciones originales de Alexander surgieron en un contexto de preocupaciones regionales sobre la seguridad. Alexander cuestionó: “¿Creen que Estados Unidos es el único problema? Modi (en referencia al Primer Ministro de la India) vino aquí para demostrarle a Trinidad y Tobago que una de las naciones más poderosas del mundo tiene a Trinidad en sus manos, la diáspora”.
Claramente, el ministro buscaba posicionar a la India como un aliado protector, pero su elección de palabras y la mención de armas nucleares resultaron ser un error de cálculo diplomático. El impacto de sus palabras no solo afectó las relaciones con Venezuela, sino que también generó interrogantes sobre la prudencia de sus comunicados públicos como funcionario de alto nivel.
La retractación de Alexander, aunque tardía, es un intento de controlar el daño. No obstante, el incidente ha puesto de manifiesto la delicadeza de las relaciones internacionales y la necesidad de una comunicación cuidadosa y responsable por parte de los líderes políticos. La controversia subraya la importancia de evitar un lenguaje que pueda interpretarse como una amenaza, especialmente en un contexto de tensiones geopolíticas ya existentes en la región.
La postura del gobierno de Trinidad y Tobago ahora enfrenta el desafío de restaurar la confianza y la cordialidad en sus vínculos diplomáticos, particularmente con su vecino, Venezuela. Este evento destaca la necesidad de un enfoque más medido y diplomático en las declaraciones públicas de los funcionarios de Trinidad.