¿Quién se enfrenta electoralmente a Nicolás Maduro? | Por: César Trómpiz

La característica principal de Venezuela es estar en permanentes elecciones. En los últimos 25 años, desde que se aprobó la Constitución de 1999, se han realizado 31 procesos electorales para que la gente, mediante su voto, determine las correlaciones de fuerzas dentro del Estado venezolano. En estas 31 elecciones, realizadas con las normativas y estándares venezolanos aprobados legalmente y conducidas por el Poder Electoral venezolano, el PSUV ha resultado vencedor en 29 ocasiones, mientras que en 2 ocasiones han ganado los sectores opositores. Sin embargo, esta situación tiene matices importantes.
El primer matiz a resaltar es que, aunque la oposición ha resultado derrotada en 29 ocasiones, ha logrado obtener su posición como minoría nacional en consejos municipales, consejos legislativos regionales y en la Asamblea Nacional. Solo en 2015 lograron una victoria mayoritaria en la Asamblea Nacional. Esto significa que las minorías han tenido permanentemente una representación legítima lograda dentro del sistema electoral venezolano.

Otro matiz importante es que, en los últimos cuatro procesos electorales de Venezuela, especialmente a partir de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente en 2019, la oposición dejó de estar unida en un solo bloque. En cambio, ha sostenido dos bloques internos claros con propósitos políticos distintos.

Un primer bloque decidió tomar una vía absolutamente desapegada del estado de derecho venezolano. Con líderes protagonistas del golpe de estado contra Chávez en 2002, optaron por pedir sanciones contra Venezuela y apostar por la derrota violenta de la Revolución Bolivariana. Esta característica los alejó de la competencia electoral interna y los puso en la palestra mediática internacional con un alto apoyo de Estados Unidos. Para esta potencia extranjera, este bloque se convirtió en el brazo útil de las agresiones contra Venezuela en los ámbitos políticos, diplomáticos, financieros, comerciales y paramilitares.

Esta oposición no ha tenido una medición electoral normada y confiable en los últimos 4 procesos electorales del país. Por lo tanto, no gozan de representación parlamentaria, ni con alcaldes ni gobernadores, mucho menos con algún tipo de legitimidad popular emanada de la soberanía que otorga el ejercicio del voto. Por el contrario, se han manifestado contra los sectores opositores que sí utilizaron la vía electoral para definir espacios concretos de poder dentro del Estado venezolano.

El segundo bloque, la oposición electoral, tiene representación en todos los mecanismos electos del Estado venezolano. Es una fuerza que controla gobernaciones, alcaldías y puestos parlamentarios en la Asamblea Nacional, así como consejos legislativos estadales y municipales. Sin embargo, no cuentan con el aval de Estados Unidos ni de las potencias que agreden a Venezuela con más de 936 medidas coercitivas unilaterales contra la nación.
Siendo poco recibidos en los centros de poder imperialistas, esta oposición que ha tomado el camino electoral contra la revolución bolivariana tiene el carácter de ser invisible para la prensa internacional. Esta prensa trata de imponer a la oposición no electoral como el único contrincante de la revolución, lo cual es falso y apunta a la conformación de una opinión errada en la opinión pública internacional.

Si bien los titulares de la prensa están enfocados en decir que la oposición no electoral tiene posibilidades de ganar las elecciones del 28 de julio, la realidad política interna de Venezuela apunta en otra dirección. Las dos oposiciones se han presentado con 10 candidatos a las elecciones: uno de la oposición no electoral y 9 de la oposición electoral. El que está respaldado por los no electorales tiene un ala rota antes de alzar el vuelo: sus apoyos no tienen sentido electoral ni capacidad electoral comprobada durante 4 procesos electorales en Venezuela. Los otros 9 sí tienen capacidades electorales y están en la pugna por concentrar sus votos para los partidos con los que han participado en todos los procesos electorales venezolanos. De seguro le harán saber al país que las gobernaciones, alcaldías y puestos parlamentarios que han ganado tienen una repercusión en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.

Por el lado de la Revolución Bolivariana, el Partido Socialista Unido de Venezuela se ha presentado con un solo candidato: Nicolás Maduro Moros. Las encuestas le han dado más de un 58% de favoritismo electoral de arrancada. Además, su postulación ha sido firmada por más de 4 millones y medio de venezolanos que creen en su liderazgo y están dispuestos a hacerle campaña para ratificarlo en la presidencia el 28 de julio.

En todo caso, hoy el panorama político interno de Venezuela tiene más matices de los que la prensa trata de imponer como un mano a mano entre Nicolás Maduro y una sola oposición. La verdad es que es Nicolás Maduro contra 10 candidatos, de los cuales 9 tienen base electoral y 1, aunque tenga apoyo mediático, no tiene con qué disputarle la presidencia.

 

CÉSAR TRÓMPIZ

Embajador de Venezuela en Bolivia

@soyCesarTrompiz


 

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