La represión a la protesta social en Colombia no solo expone a Duque como un gobernante insensible sino también como el testaferro político de Uribe en La Casa de Nariño.
Cada vez son más quienes le llaman títere del expresidente, o apenas el subpresidente de un país todavía gobernado por el político de extrema derecha.
Es por eso que en las protestas se escuchan consignas en contra de Uribe, a quien la población determina como el dueño del poder.
A propósito de esta sensación general de que Duque solo hace lo que su jefe político le ordena, es que ha vuelto al tapete un viejo video que comprueba que esta sospecha no es de ahora, y que no solo los opositores al presidente creen que es otro el que manda.
Una verdad espontánea
Durante un discurso hace 2 años atrás, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez presumía que Colombia no solo contaba con académicos de quilate o pesos pesados como aliados internacionales, sino también “infinitos quilates desde el gobierno, con el liderazgo del presidente Uribe”.
Es dislate lo cometió la que se supone es la vicepresidenta de Duque, y obviamente cuando cayó en cuenta del furcio lo quiso enmendar con una corrección inmediata que hizo más grande aquella verdad escondida.
Marta Lucía es una veterana política del conservatismo colombiano y con aspiraciones presidenciales frustradas que resolvió hasta ahora siendo la segunda en La Casa de Nariño.
Al mismo tiempo es una mujer habituada a las correcciones y las confesiones a destiempo, una vez que tuvo que reconocer que su familia tiene nexos con el narcotráfico.
Los trapos de la vicepresidenta
La revelación fue un trapo inoportuno que salió de los escaparates de sus pecados escondidos. En un comunicado tuvo que reconocer que pagó una fianza de 150 mil dólares para liberar a su hermano detenido en EE.UU. por tráfico de heroína.
El evento lo quiso tapar con lágrimas y con el recurso de ser un episodio de su intimidad revelado con intenciones de hacerle guerra sucia, pero en realidad terminó siendo un tiro en el pie para quien desde su cargo acusa a Venezuela de tener “una siniestra relación con el negocio de la droga”.
2 años después la confusión de Marta Lucía Ramírez se recicla en el coro de voces que repiten de que Duque no manda; que es un títere de su jefe político, Álvaro Uribe Vélez.
Sin duda se trata de un mal episodio para quien debe llevar también ahora la diplomacia colombiana, una vez que Claudia Blum presentara su renuncia. En nombre de quién hablar en los foros internacionales: ¿del presidente de verdad o del títere?