Por: David Gómez Rodríguez
En el centro de la lucha popular debe guardar un sitial preponderante la memoria, olvidar es perdernos. El pueblo ecuatoriano, desde la Costa a la Sierra, levantó una bandera, es la misma bandera por la que vimos correr ríos de sangre en el siglo XX. La insurgencia del pueblo no es un hecho aislado y circunstancial, sino que representa el despertar de una memoria y la pulsión manifiesta de un sentimiento de rechazo hacia el neoliberalismo, en tales términos, por más traidores que existan en Ecuador ¡No hay acuerdo posible! Pues no es un problema meramente ecuatoriano, hoy Ecuador es un espejo, la traición al proyecto popular fragua una traición mayor: la entrega del país a un modelo socialmente injusto, devastador de la vida y cercenador del ideario libertario de Simón Bolívar. El paquete económico está inscrito en un proyecto más amplio y terrible, es el imperialismo, en América Latina no hay un país que no le haya visto la cara y que no haya sentido sus garras en el cuello. Basta con recordar:
El FMI para América Latina es el diablo
La ruta es exonerar a algunas empresas que hacen vida en el Ecuador del pago de 4.295 millones de dólares en impuestos mientras se impulsa la precarización laboral. Luego el Estado se lavará las manos y solo volverá cuando sea necesario nombrar la palabra seguridad, en la cual se escudarán para perseguir líderes políticos y sociales, los acusarán de atentar contra la democracia, el desarrollo y la república; dirán que son corruptos o narcotraficantes y luego los ajusticiaran o los enjuiciaran mientras la calidad de vida del pueblo se va en picada. Ya conocemos la historia, ese infierno lo vivimos en cada dictadura apoyada políticamente por los EEUU, sin embargo, siempre se habló de una falsa democracia que se llevó más de un millón de muertos por causas políticas en todo el continente. La miseria y el luto de cada uno de nuestros países (ricos en recursos naturales) solo corresponde al interés de robarnos y mantenernos desunidos y bajo el yugo del subdesarrollo ¡Cada vez que el FMI entra a un país latinoamericano el diablo lanza una carcajada!
Lucha popular: Solo el pueblo salva al pueblo
Las masivas manifestaciones populares corresponden al impulso del rechazo, pero solo a través de una organización mayor podremos construir o recuperar proyectos soberanos de carácter político que abran las puertas al desarrollo humano integral. Los movimientos populares latinoamericanos, los intelectuales, los sindicatos y los partidos tenemos el deber histórico de diseñar una agenda de lucha común contra el neoliberalismo y el imperialismo. Es necesario comparar los años en que la izquierda logró democráticamente hacerse del poder en América Latina con los tiempos que hoy vivimos: abrir los ojos. No se trata de una dirigencia que siempre será susceptible a los errores, la corrupción e incluso a la traición, sino de un movimiento popular lo suficientemente pedagógico, poderoso y organizado para construir desde el pueblo la hegemonía necesaria para no vernos nunca más pobres y colonizados.
La integración política y el programa económico común es el alba
Ecuador nos recuerda que tenemos pendiente la recuperación de una revolución política en el continente y la creación de una agenda común que permita pensar el desarrollo económico en los términos más beneficiosos para la región ¡No faltaran los traidores! Pero a pesar de ellos hay que recuperar el alba si queremos independencia, paz y desarrollo humano en la región. Se acercan las elecciones en Bolivia y Argentina, que el pueblo se manifieste con cada voto elevando su consciencia es la esperanza de América Latina, por esas alamedas podremos recuperar terreno y hablar con mayor fuerza de nuestros modelos políticos, económicos y culturales inspirados en hombres y mujeres como Túpac Katari, Bolívar, Espejo, Evita, y Chávez.
@davidgomez_rp