Myanmar empezó la semana con la sensación de que el tiempo se devolvió 10 años. Los militares han vuelto a tomar el poder después de un seco golpe de Estado en el que detuvieron al Presidente, a la Jefe de Gobierno Aung San Suu Kyi y a todos los gobernadores.
La situación estaría en manos del Jefe del Estado Mayor, quien intervino para resolver la crisis generada por el Ejército, que habría denunciado antes un supuesto fraude en las elecciones parlamentarias de noviembre del año pasado, en el que habría ganado el partido gobernante, la Liga Nacional por la Democracia.
El gobierno de facto instaurado por los militares ha declarado el estado de emergencia por un año. Este periodo terminaría una vez se convoquen a unas nuevas elecciones legislativas.
La antesala al golpe estuvo signada por la denuncia de supuestas irregularidades durante los anteriores comicios. El partido de la Jefa de Gobierno, Suu Kyi había arrasado con 396 escaños de los 476 del parlamento local.
Tensa calma
Este lunes se iba a instalar la nueva legislatura, pero los golpistas impidieron la sesión en la que también se iban a elegir las nuevas autoridades ejecutivas.
De acuerdo a medios internacionales, la situación es la de una tensa calma. Hasta ahora no se han registrado enfrentamientos entre la población y los militares.
El país está tomado por soldados mientras un comunicado de la Liga Nacional por la Democracia denuncia el golpe de estado.
Durante la asonada, informaron que se registraron cortes en el servicio de internet, pero que este ya se habría normalizado.
Las embajadas en ese país han recomendado a sus ciudadanos radicados en Myanmar a mantenerse en sus residencias. El Secretario General de la ONU se pronunció condenado el golpe, e “instó a los líderes militares a respetar la voluntad del pueblo”.
Por su parte, el Departamento de Estado de EE.UU. se habría pronunciado también en contra del golpe, y exige la liberación del presidente y la Jefa de Gobierno.
Myanmar, antes Birmania, había estado signada por un largo régimen militar que gobernó desde 1962 hasta 2011.
