Por: Alí Rojas Olaya.
Esta cuarentena con la que se intenta salvar la especie humana de la pandemia del covid 19 es propicia para que la clase obrera asuma su rol histórico. Ver a Lorenzo Mendoza en un video casero pidiéndole al pueblo que compre sus cervezas nos debe llamar a la reflexión.
En 1848, Marx y Engels publican el Manifiesto Comunista donde explican que “la burguesía ya no es capaz de seguir desempeñando el papel de clase dominante de la sociedad ni de imponer a ésta, como ley reguladora, las condiciones de existencia de su clase. No es capaz de dominar porque no es capaz de asegurar a su esclavo la existencia ni siquiera dentro del marco de la esclavitud, porque se ve obligada a dejarlo decaer hasta el punto de tener que mantenerlo. La sociedad ya no puede seguir viviendo bajo su dominación; lo que equivale a decir que la existencia de la burguesía es, en lo sucesivo, incompatible con la de la sociedad”.
Si la clase obrera no se desliga del tripartismo fascista que la tarifó al punto de prostituirla, no habrá asumido su rol prístino. La Organización Internacional de los Trabajadores fue creada en EEUU para frenar el auge del proletariado en la Urss. En Venezuela, AD le dio fuerza al movimiento sindical y éste adoptó el economicismo, modelo en el que los obreros no luchaban por bienes y servicios culturales, ni escuelas o universidades, sino por bonos, carros, días en un club con piscina y whisky. En la Revolución Bolivariana hablamos del proceso social del trabajo y éste es el marco propicio para que digamos en una sola voz: ¡Proletarios del mundo, Uníos!
Prof. Alí Rojas Olaya
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