En una videoconferencia con periodistas de medios internacionales, el presidente Nicolás Maduro presentó confesiones de Luke Alexander Denman, uno de los dos estadounidenses capturados en Chuao (Aragua) por la operación Negro Primero, como integrante de un contingente de mercenarios y militares desertores venezolanos que, previo entrenamiento en campamentos colombianos, llegaron en dos embarcaciones a costas venezolanas con el firme objetivo de asesinar a líderes de la Revolución Bolivariana, crear un clima de caos y desestabilización, y perpetrar un golpe de Estado.
En su testimonio, Luke asegura que imparte entrenamiento en planeamiento y trabajo táctico en edificios. Conoció a Jordan Goudreau, de Silvercorp USA, en Alemania en 2009 y a principios de diciembre pasado fue contactado por su compatriota para un “trabajo”, sin que ese momento supiera de demasiados detalles. Luego, este le propuso “encontrarme con un grupo de venezolanos en Colombia, entrenarlos, ir con ellos hasta Venezuela, situar en Caracas y asegurar un aeropuerto para seguir con el plan”.
Agregó que esperaba de 50 mil a 100 mil dólares como pago por su “labor” de entrenar a militares venezolanos en Riohacha para invadir a Venezuela divididos en tres grupos, de 20 hombres cada uno. Confirmó la participación de Trump en la operación contra Venezuela, al decir que Goudreau recibía órdenes directas del presidente de Estados Unidos.
Luke especificó que Goudreau le instruyó “asegurarse de tomar el control del aeropuerto para que pudiera hacer un traslado seguro de Maduro hasta el avión (…) establecer nuestra propia seguridad, comunicarnos con la torre, hacer entrar a los aviones y uno de ellos llevaría a Maduro a Estados Unidos”. Se justificó diciendo que “pensaba que estaba ayudando a los venezolanos a tomar el control de su país”. Además, aseguró que sí había un contrato de por medio firmado por Guaidó y el fundador de Silvercorp USA.
