El presidente colombiano, Gustavo Petro anunció este lunes el nombramiento de Armando Benedetti como nuevo ministro de Interior. Con esta decisión, Petro demostró firmeza al no ceder a las presiones de otros miembros de su gabinete y asesores, quienes se oponían a compartir funciones con Benedetti debido a su historial judicial y a una denuncia por violencia de género durante su etapa como embajador.
La negativa del presidente a prescindir de Benedetti desencadenó una crisis gubernamental que resultó en la dimisión de más de 25 altos cargos. Sin embargo, Petro defendió su decisión, argumentando que Benedetti merece una segunda oportunidad y que confía en su capacidad para impulsar las reformas que el Congreso ha bloqueado en los últimos dos años y medio.
Nombramiento polémico pero estratégico
El nombramiento de Benedetti ha generado fuertes reacciones. Mientras algunos sectores critican su pasado y lo consideran una figura controvertida, otros creen que es la persona idónea para liderar el Gobierno en un momento de alta tensión política. Benedetti, quien fue jefe de campaña de Petro en 2022, jugó un papel clave en la victoria electoral del presidente. Ahora, regresa al primer plano para impulsar las reformas que Petro considera esenciales para su gobierno.
El ministro de Interior tendrá la tarea de negociar con los partidos políticos, alcaldes y gobernadores para sacar adelante iniciativas como la reforma a la Salud y la reforma Laboral, ambas fuentes de intenso debate y oposición. Petro confía en que Benedetti, conocido por su habilidad política y su capacidad para conquistar espacios de poder, logrará superar estos desafíos.
De las sombras al centro del poder
La trayectoria de Benedetti en los últimos años ha sido marcada por altibajos. Tras la campaña electoral, lo enviaron a Caracas como embajador para restablecer las relaciones con Venezuela, un cargo que él interpretó como un destierro. Posteriormente, su salida del Gobierno se aceleró tras un escándalo con Laura Sarabia, entonces su subordinada y luego una de las personas más cercanas a Petro. Sin embargo, Benedetti ha logrado resurgir una vez más.
Hace tres meses, regresó a Casa de Nariño como asesor, tras superar un proceso de rehabilitación por adicciones. Su entorno asegura que ahora está sobrio y enfocado en su trabajo y familia. “Es otro Armando”, afirman. Este nombramiento como ministro de Interior consolida su regreso al núcleo del poder, un puesto que, según sus propias palabras, siempre deseó ocupar.
El movimiento feminista ha expresado su indignación por el nombramiento de Benedetti, debido a la denuncia de violencia de género en su contra. No obstante, su esposa, Adelina Guerrero, ha negado que estos hechos hayan ocurrido. Además, algunos sectores progresistas consideran que Petro traiciona parte de su proyecto al incluir en su gabinete a una figura que en el pasado fue aliada de expresidentes como Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos.
Petro, por su parte, defiende que su gabinete no está limitado a una ideología específica y que no permitirá que lo conformen sectarios. Benedetti, quien no aspira a ser candidato presidencial en 2026, asegura que este es su momento para demostrar su valía y contribuir al cambio que el país necesita.