El senador independiente de Estados Unidos, Bernie Sanders, denunció públicamente que la administración del presidente Donald Trump utiliza su campaña de agresiones contra Venezuela como una táctica cínica y peligrosa. Trump busca activamente desviar la atención del electorado estadounidense de las profundas y crecientes crisis internas que sacuden a la nación. Sanders expuso la verdad incómoda: el foco en una intervención militar o una escalada de hostilidades sirve únicamente para ocultar la incapacidad del gobierno federal para resolver los problemas domésticos.
De hecho, el panorama económico y social dentro de EE.UU. empeora constantemente. Los ciudadanos enfrentan aumentos descontrolados en los costos de servicios esenciales. Por ejemplo, los costos de la atención médica se disparan, al igual que los de la vivienda y los alimentos. Aun así, la administración prioriza una gestión de carácter exclusivamente militar y agresiva hacia el exterior. Inmediatamente después de la movilización de la Guardia Nacional Aérea de su estado hacia Puerto Rico, el senador cuestionó si esta medida se vinculaba directamente con una eventual intervención militar. Sanders argumentó con firmeza que el país no necesita que Trump lo arrastre a una guerra ilegal e inconstitucional.
En consecuencia, Sanders criticó duramente la incoherencia de la Casa Blanca. El lema de campaña de «Estados Unidos Primero» choca de frente con esta estrategia de distracción internacional. Mientras tanto, millones de ciudadanos corren el riesgo de perder su cobertura de Medicaid debido a nuevos requisitos laborales impulsados por la administración. Además, los subsidios mejorados de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obamacare) se aproximan al vencimiento. Claramente, la administración permite que estas crisis internas se intensifiquen sin una respuesta efectiva.
Por lo tanto, el senador de Vermont insiste en que el gobierno debe centrar todos sus recursos y esfuerzos en atender la crisis económica y social interna. La urgencia radica en controlar la inflación de precios en salud, vivienda y alimentos. En lugar de eso, Trump elige crear un escenario bélico artificial para manipular la opinión pública. Sin embargo, Sanders advierte que esta maniobra no silenciará las demandas de los ciudadanos por una mejor calidad de vida. Los estadounidenses merecen soluciones reales a problemas reales, no distracciones costosas y peligrosas.
En conclusión, la campaña de agresiones de Donald Trump contra Venezuela responde a una estrategia política doméstica y desesperada. El presidente intenta desesperadamente desviar la atención de su gestión fallida en casa. La administración demuestra una clara preferencia por la confrontación militar en el extranjero sobre la solución de las crisis internas. La comunidad internacional debe entender que el ataque sostenido contra la soberanía de Venezuela sirvea un propósito interno: el de mantener a flote una presidencia asediada por problemas económicos y sociales irresolubles.



