Recientemente, un estudio de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) reveló que durante los últimos años la Luna se ha reducido al menos 45 metros de circunferencia.
De acuerdo al estudio publicado el pasado 25 de enero en The Planetary Science Journal, la Luna se está reduciendo debido al enfriamiento de un núcleo externo lunar.
El científico emérito del Centro del Museo Nacional del Aire y el Espacio para Estudios Planetarios y de la Tierra, Thomas R Watters, reveló que hay un núcleo externo que está fundido y se está enfriando.
«A medida que se enfría, la Luna se encoge, el volumen interior cambia y la corteza tiene que adaptarse a ese cambio; es una contracción global, a la que también contribuyen las fuerzas de marea en la Tierra”, explicó el científico.
Asimismo, precisó que a medida que este núcleo en la Luna se enfría, esta se contrae y crea temblores lunares con una duración de horas.
Además, de provocar deslizamientos de tierra, lo que representa una amenaza para “futuros pobladores y equipos humanos”.
Pese a este panorama, Watters aclaró que la situación no es para “alarmar” ni “desalentar” la exploración de esa parte del polo sur de la Luna. Por el contrario, es para alertar que la Luna no es un lugar benigno donde no sucede nada.
El autor principal del estudio confesó que la superficie de la Luna es frágil y han detectado deslizamientos de tierra que se produjeron durante el tiempo en que estuvo en órbita el Lunar Reconnaissance Orbiter, en el año 2009.
La NASA impulsó su misión Artemis III para aterrizar en la región lunar, lo que podría significar el regreso de los astronautas a la Luna en 2026.
Hasta el momento, ya ha detectado al menos 13 posibles puntos para hacer descender las naves. Una vez allí, 2 astronautas pasarán una semana viviendo y reconociendo la superficie lunar.