El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó este viernes un decreto, con el objetivo de restringir el uso de armas de fuego en el país; una política de flexibilización que permitió su antecesor, Jair Bolsonaro.
La medida busca fortalecer la seguridad pública, combatir la creciente violencia en la Amazonía; así como endurecer las penas para delitos antidemocráticos y contar con medidas drásticas contra los ataques a escuelas.
“Una cosa es que un ciudadano tenga un arma en su casa, de protección de garantía, porque hay quienes piensan que un arma es seguridad; a que permitamos arsenales de armas en manos de personas”, afirmó Lula da Silva durante la firma del decreto.
En este sentido, comentó que desconoce si el aumento de armas de los últimos años está yendo a personas “decentes y honestas” o si van directo al crimen organizado por su fácil acceso. “Sigamos luchando por un país desarmado. Son las fuerzas de seguridad las que tienen que estar armadas, con responsabilidad”, dijo.
Limitaciones
El nuevo decreto “Regulación responsable de armas” implementa limitaciones a la hora de adquirir un arma de fuego. Por ejemplo: los coleccionistas y cazadores solo podrán comprar 6 armas de 30 a las que tenían derecho antes. Armas como las pistolas calibre 9mm, .40 y .45ACP serán de uso restringido y solo podrán estar en manos de las fuerzas de seguridad.
“Quienes tienen que estar armados son la Policía y las Fuerzas Armadas brasileñas. Este país será devuelto al pueblo brasileño en su normalidad”, señaló el jefe de Estado.
Otra de las limitaciones de esta ley es que reducirá el número de armas y municiones en manos de civiles. “Solo podrán adquirir 2 armas y disponer de 50 municiones al año. Antes podían comprar 4 y usar 200 municiones”.
Por su parte, los clubes de tiro ya no podrán funcionar 24 horas, su horario máximo será de 6 a 22 horas y tendrán que estar, como mínimo, a un kilómetro de los centros educativos. Mientras que los permisos de porte de armas pasará de 10 años a 5.
Aumento desmedido
Cabe destacar que, el número de armas de fuego en manos de particulares aumentó un 241% durante el Gobierno de Bolsonaro (2019-2022), según datos del Anuario Brasileño de Seguridad Pública.
Además el informe, detalla que de los 4,4 millones de armas de fuego que hay en manos de particulares en el gigante suramericano, casi 2,9 millones cuentan con los registros activos. Pero 1.542.168 artefactos circulan de forma irregular en el país.