Como parte de las medidas que emprende el Ejecutivo Nacional para contrarrestar la campaña de odio y violencia que la ultraderecha nacional e internacional pretende imponerle a Venezuela, el presidente Nicolás Maduro sacó de circulación la red social X, antes conocida como Twitter, durante un plazo de 10 días.
La propuesta de suspender X, la elaboraron desde la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), con la finalidad de «hacer respetar las leyes» de Venezuela y el mandatario la aprobó hasta que la empresa, propiedad del magnate sudafricano Elon Musk, presente recaudos solicitados por las autoridades.
El jefe de Estado denunció a Musk de formar parte de lo que llamó un golpe de Estado cibernético en su contra y aseguró que «algún día, más temprano que tarde, nacerán las nuevas redes sociales, venezolanas» para liberar al país «de esa gente», en alusión a los propietarios de plataformas como WhatsApp, Instagram y TikTok, las cuales funcionan como «multiplicadores de odio» en la nación suramericana.
«Ya basta de tratar de sembrar la violencia, el odio, de tratar de atacar a Venezuela desde el exterior», expresó el mandatario sobre la plataforma X.
No es algo extraño
Venezuela no es el primer país en regular el funcionamiento de esta plataforma. En abril último, el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Alexandre de Moraes, abrió una investigación contra el multimillonario Elon Musk , propietario de X, el antiguo Twitter, por delitos de obstrucción de la justicia, incluidos organización criminal e iniciación de delito. El juez también ordenó la inclusión de Musk en la investigación sobre las llamadas milicias digitales por “explotación criminal intencionada” de la red social X.
En otros países como EE.UU., Türkiye, Francia, India, China, Corea del Sur, Rusia, Nigeria, e Irán se han aplicado, asimismo, suspensiones temporales y/o permanentes de la red social desde hace más de 15 años. Por lo que no sería una «idea» exclusiva del presidente Nicolás Maduro.