En una acción sin precedentes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó este lunes a su secretario de Estado, Marco Rubio, para imponer aranceles del 25% contra las naciones que adquieran petróleo y gas de Venezuela. La medida, que entrará en vigor el 2 de abril de 2025, busca presionar económicamente al gobierno venezolano y a sus socios comerciales.
La orden ejecutiva, firmada este 24 de marzo, faculta a Rubio a decidir, en consulta con otros altos funcionarios, qué países recibirán el castigo arancelario. “El secretario de Estado queda autorizado a determinar si se aplicará el arancel del 25% a las mercancías de cualquier nación que importe crudo venezolano, directa o indirectamente”, detalla el documento.
El economista Francisco Rodríguez alertó que la medida otorga al Departamento de Estado un poder excepcional. “Le da a Rubio una herramienta extraordinaria para aplicar sanciones comerciales con mínima supervisión. Trump ya había usado la Ley de Poderes Económicos de Emergencia (IEEPA) para aranceles, pero delegar esta autoridad al secretario de Estado es algo nuevo”, explicó.
Horas antes del anuncio oficial, Trump había adelantado su estrategia en Truth Social: “Cualquier país que compre petróleo o gas de Venezuela pagará un 25% de arancel en su comercio con EE.UU. La medida inicia el 2 de abril de 2025, el ‘Día de la Liberación en América’”. El mandatario vinculó la sanción a su política de presión máxima contra el gobierno de Nicolás Maduro.
La orden aclara que estos nuevos aranceles se sumarán a las restricciones comerciales ya vigentes bajo leyes como la IEEPA o la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial. Además, cubrirá tanto las compras directas de crudo venezolano como las realizadas mediante intermediarios, cerrando posibles vacíos legales.
Analistas prevén que la medida afectará especialmente a aliados comerciales de Venezuela como China, India y Cuba. Mientras el gobierno estadounidense defiende la acción como un paso hacia la “liberación” venezolana, críticos advierten que podría generar tensiones con socios estratégicos y distorsiones en el mercado energético global. La implementación quedará ahora en manos de Rubio, conocido por su línea dura contra Caracas.