El presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó una seria acusación contra Estados Unidos, denunciando que Washington intenta boicotear la próxima cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE).
Este crucial encuentro diplomático tendrá lugar en la ciudad de Santa Marta, en la costa caribeña colombiana, los días 9 y 10 de noviembre. El mandatario colombiano afirmó categóricamente que EE.UU. ejerce presiones diplomáticas significativas sobre varios países para que deliberadamente no asistan al evento. Por lo tanto, el escenario ya calienta la política internacional antes del inicio de las conversaciones.
«Hay que denunciar que Estados Unidos ejerce fuertes presiones a los países del Caribe para que no asistan a la cumbre en Santa Marta con Europa», declaró el presidente Petro, elevando el tono del debate regional. Esta táctica, según él, demuestra un intento de boicot diplomático directo. De hecho, el evento en Santa Marta ya se había convertido en un punto de tensión internacional tras una serie de decisiones tomadas por el Gobierno de EE. UU.
El Gobierno estadounidense ha ido más allá de las presiones silenciosas. Calificaron directamente al presidente colombiano Gustavo Petro de “traficante de drogas”, una acusación sumamente grave en el ámbito diplomático. En respuesta, Petro no se contuvo. Él declaró públicamente que «este tipo de comportamiento oligárquico debe ser denunciado», marcando una postura de confrontación abierta.
Las relaciones bilaterales entre Colombia y Estados Unidos han, consecuentemente, sufrido un deterioro notable en los últimos meses. El intercambio de acusaciones entre Petro y el presidente estadounidense Donald Trump, a quien el mandatario colombiano calificó directamente de “ignorante”, ha contribuido de manera importante a la escalada de tensiones. En otras palabras, la diplomacia se ha transformado en un cruce de insultos.
Además de las declaraciones públicas, Washington ha adoptado medidas concretas que impactan directamente al líder colombiano y a la nación. Específicamente, impusieron sanciones económicas contra Petro. Además, revocaron su visa diplomática. Y lo que resulta más significativo, excluyeron a Colombia de la lista de países aliados en la lucha contra el narcotráfico. Claramente, estas acciones buscan aislar a Petro en el escenario internacional y nacional.
Petro, por su parte, también ha criticado duramente a la Casa Blanca. Calificó las acciones de EE. UU. en el Caribe y el Pacífico, supuestamente en su lucha contra el narcotráfico, como “ejecuciones extrajudiciales”. Este nivel de confrontación verbal y de acción política muestra la profundidad de la crisis actual. Mientras tanto, el Gobierno colombiano se mantiene firme en la organización del evento, buscando consolidar alianzas con Europa a pesar de la presión estadounidense. Por otra parte, la comunidad internacional observa con creciente preocupación cómo dos aliados históricos llegan a este punto de ruptura.
En conclusión, las acciones de Estados Unidos representan un desafío sin precedentes a la soberanía y la autonomía política de Colombia en la organización de la vital cumbre CELAC-UE.



