La Fiscalía de Perú informó que el presidente Martín Vizcarra será investigado una vez termine su mandato. El organismo lo informó así este sábado en un comunicado en el que recalca que existen motivos suficientes para indagar al Jefe de Estado.
¿Pero por qué no hacer la investigación ahora y sí el año que viene? La razón parece ser estrictamente constitucional, ya que “el privilegio presidencial con que cuenta mientras dure su mandato tiene como fin fortalecer el sistema presidencialista y la institución presidencial -al margen de quién sea la persona que ejerce el cargo- con el fin de evitar situaciones de inestabilidad política”.
Los cargos por los cuales Vizcarra pudiera ser imputado a partir del 28 de julio del próximo año son “tráfico de influencias y obstrucción en el caso del cantante Richard Swing”.
Acusado por el congreso
Estas acusaciones serían las mismas que debatió el congreso durante el mes de septiembre para remover a Vizcarra del cargo de presidente; ya que le consideraban moralmente insolvente para el puesto de Jefe de Estado.
La tentativa de destituir al Presidente no pasó de la deliberación en la cámara. Los parlamentarios prefirieron votar en su mayoría por la continuidad en el cargo, pero no porque confiaran en la inocencia de Vizcarra; sino por la potente razón política de evitar una inestabilidad institucional en medio de la pandemia y de una de las crisis económicas más agudas en la historia del país.
En cambio el presidente peruano despachó la acusación del congreso como una maniobra de Golpe de Estado.
Con la decisión de la fiscalía de investigar a Vizcarra una vez termine su gobierno; el actual presidente pareciera fatalmente destinado a continuar la costumbre muy peruana de ver a sus gobernantes salir del palacio a caminar los tribunales.
Una mala costumbre
Desde Alan García, Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Auyanta Humala y Pedro Pablo Kuczyski; todos han pasado por la cuenta de la justicia, aunque no todos están presos.
Alejandro Toledo permanece en los EE.UU. a pesar de que la justicia peruana le ha solicitado en extradición; y Alan García está muerto luego que se suicidó para evitar ir preso por la trama de corrupción de Odebrecth.
De cumplirse la promesa de la fiscalía de Perú de investigar a Vizcarra una vez sea expresidente, otro escándalo de contradicción política se añadiría al cuestionado club de los presidentes del Grupo de Lima; que además de ser señalados por represión a su pueblo, violación de los derechos humanos y relaciones con el narcotráfico, ahora se añade la vergüenza de pasar por corrupto.